

China avanza a paso firme en la carrera global por la robótica y ya controla dos tercios de las patentes mundiales. Sus compañías producen humanoides y robots militares a un costo mucho menor que en Estados Unidos y Occidente, marcando un cambio estratégico que algunos expertos ven como una amenaza directa a la seguridad nacional.
Este avance no es ciencia ficción: el gigante asiático ya despliega perros robot en zonas de conflicto y ha convertido la robótica en un pilar central de su política industrial. Mientras tanto, en Washington crece la alarma por el riesgo de que este nuevo ejército no humano de China se convierta en una herramienta decisiva en futuros escenarios de guerra e inteligencia.
¿Qué significa que China ya tenga un ejército no humano?
El desarrollo chino de humanoides y perros robot no se limita al sector comercial. Según analistas militares, las fábricas que producen robots para logística o transporte pueden reconvertirse fácilmente en plantas de armamento autónomo. De hecho, varias unidades ya fueron vistas en uso durante la guerra en Ucrania.
Los expertos advierten que este tipo de plataformas permiten:
- Operaciones urbanas sin exponer soldados.
- Recopilación de datos e inteligencia en tiempo real.
- Capacidad ofensiva autónoma, con sistemas de visión artificial capaces de identificar y atacar objetivos.
Ventaja tecnológica y económica
El gigante Unitree, fundado en 2016, vende su humanoide G1 por USD 16.000, casi una décima parte del valor de sus equivalentes occidentales. En 2024, exportó diez veces más robots que Boston Dynamics a más de 100 países. Este poder de escala y costo abre la puerta a que China domine la infraestructura física de la economía automatizada.

¿Cómo responde Estados Unidos ante el avance chino?
El gobierno de Donald Trump considera que está en juego mucho más que la competitividad económica. La administración ya analiza restringir la presencia de Unitree en territorio estadounidense, bajo la misma normativa que se utilizó contra TikTok.
Entre las medidas en discusión aparecen:
- Prohibición de transacciones con empresas chinas de robótica.
- Acuerdos con Japón y Corea del Sur para importar componentes críticos de alta precisión.
- Incentivos fiscales en "zonas de manufactura avanzada" para impulsar la producción local.
El rol de la inversión y el talento
Washington busca acelerar la llegada de capital privado al sector, con nuevos mecanismos de crédito para startups de robótica. Además, se estudia crear una vía especial de visas para atraer ingenieros y emprendedores extranjeros especializados en inteligencia artificial y automatización.














