

En esta noticia
Durante décadas, Denny’s fue sinónimo de desayunos accesibles, cafeterías abiertas a toda hora y comidas familiares en cualquier punto del país.
Por eso, el reciente anuncio del cierre de 150 restaurantes en Estados Unidos provocó sorpresa entre quienes consideran a la cadena un clásico de las rutas y centros urbanos.
Denny´s confirmó el cierre masivo de restaurantes
El ajuste se da luego de la compra de la compañía por un nuevo grupo inversor, que tomó control de la marca por 620 millones de dólares. Apenas semanas después de esa adquisición comenzaron las primeras clausuras, parte de un plan de reorganización interna que busca redefinir el funcionamiento de la franquicia.

De acuerdo con reportes locales, la reducción no afecta únicamente a las sucursales con bajo rendimiento: también incluye locales antiguos, establecimientos con alquileres muy elevados y espacios que requerían remodelaciones costosas.
Para muchos clientes habituales, este proceso genera dudas sobre el futuro de la cadena y sobre qué tan profundo será el cambio en su identidad.
Menos locales y un menú más ajustado
La nueva administración ya comenzó a implementar modificaciones visibles. Entre ellas, la reducción del menú, que pasó de 97 opciones a 46, un movimiento que apunta a simplificar la operación y disminuir costos en un mercado cada vez más competitivo.
El cierre de los 150 locales está previsto para completarse antes de que termine 2025. En algunos estados, los restaurantes ya están comunicando su salida con avisos breves o mensajes de agradecimiento dirigidos a clientes que los frecuentaron durante años.
¿Qué significa esta decisión para los consumidores?
Aunque la cadena continuará operando, el impacto será evidente: Denny’s dejará de ser la presencia constante que solía encontrarse en casi cualquier carretera. Para quienes buscaban un desayuno económico, un café nocturno o un menú familiar sin complicaciones, la distancia a la sucursal más cercana podría volverse un inconveniente.
La estrategia corporativa apunta a un modelo más “compacto”, con locales modernizados y costos operativos más controlados. Esto podría traducirse en menos restaurantes, pero con una experiencia más uniforme y un diseño actualizado.













