

Quienes poseen la residencia americana legal deben cumplir con un trámite imprescindible para poder regresar a Estados Unidos después de un viaje prolongado. Este permiso especial asegura que su estatus migratorio se mantenga vigente pese a ausencias extendidas fuera del país.
No realizar esta gestión puede impedir el reingreso y generar complicaciones legales que afecten su permanencia. Por eso, entender cuándo y cómo solicitarlo es fundamental para quienes planifican estadías largas lejos del territorio estadounidense.

¿Qué es el permiso de reingreso y para qué sirve?
El permiso de reingreso es un documento que autoriza a los residentes permanentes ausentarse de Estados Unidos hasta por dos años sin que se considere abandono del estatus. Sin él, la green card pierde validez para reingresar tras una ausencia prolongada.
Este permiso también sirve como documento de viaje en algunos países que lo aceptan, facilitando el tránsito internacional. Además, establece formalmente que la persona no renunció a su residencia, lo que simplifica el proceso de retorno.

¿Cómo se solicita el permiso y qué riesgos implica no gestionarlo?
Para obtener el permiso, el residente permanente debe presentar el Formulario I-131 ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), preferentemente con al menos 60 días de anticipación a la salida del país.
Es obligatorio estar físicamente en Estados Unidos al momento de la solicitud y para realizar la toma de datos biométricos.
No contar con este permiso antes de una ausencia mayor a un año puede llevar a que se considere abandono de la residencia. Esto puede derivar en procedimientos legales y la necesidad de gestionar una visa especial para regresar.











