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El redescubrimiento de antiguos santuarios ha brindado nuevos conocimientos sobre las civilizaciones antiguas. Estos hallazgos permiten entender mejor sus prácticas religiosas y su influencia cultural.

Un grupo de arqueólogos ha desenterrado el santuario perdido del dios grecorromano Apolo en Chipre, cerca de Tamassos. Originalmente excavado en 1885 por Max Ohnefalsch-Richter, el sitio había quedado oculto hasta su reapertura.

Ubicado en el valle de Frangissa, este santuario revela la riqueza del culto a Apolo en la región. Un equipo internacional de arqueólogos ha retomado las excavaciones, descubriendo nuevos hallazgos que enriquecen nuestra comprensión del lugar.

¿Qué descubrieron en el santuario perdido de este dios romano?

Los arqueólogos han desenterrado fragmentos de estatuas de gran tamaño que datan del periodo Arcaico (siglos VII-VI a.C.), incluyendo pies de piedra caliza que pertenecen a figuras masculinas gigantes, similares al famoso "Coloso de Tamassos". Además de estas estatuas, se encontraron:

  • Más de 100 bases de estatuas, muchas de tamaño colosal.
  • Amuletos egipcios hechos de loza, un material cerámico vidriado usado en rituales sagrados.
  • Cuentas de vidrio y mármol, que sugieren intercambios culturales complejos.

Estos elementos indican que el santuario no solo era un lugar de culto, sino también un centro de intercambio cultural entre las civilizaciones antiguas.

¿Cómo puede cambiar la historia arqueológica el redescubrimiento de este santuario perdido?

El redescubrimiento del santuario ofrece a los arqueólogos la oportunidad de reconstruir estatuas que habían permanecido incompletas durante más de un siglo. Algunos de los fragmentos recuperados podrían ayudar a restaurar piezas actualmente conservadas en el Museo de Chipre y el Museo Real de Ontario en Toronto.

Además, dos de las bases encontradas tienen inscripciones que aportan información crucial para la cronología del sitio. Una de ellas presenta escritura local chipro-silábica, mientras que otra tiene inscripciones en griego que mencionan a los Ptolomeos, la dinastía helenística que gobernó Egipto y Chipre tras la caída de los antiguos reinos de la isla.

Este hallazgo también revela importantes cambios arquitectónicos en el santuario, como la construcción de un vasto patio peristilo, posiblemente destinado a banquetes rituales o ceremonias públicas, lo que sugiere que el sitio sirvió no solo como un centro religioso, sino también como un espacio social y ceremonial durante su apogeo.