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Finalmente, después de meses de disputa, se vendió el estacionamiento de Córdoba y Reconquista, uno de los que más movimiento -y facturación- tenía en la City porteña.
La operación, que habría sido por más de u$s 26 millones, se cerró en la semana pasada y el comprador fue la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que ahora avanzará para construir allí un templo mormón.
Esto fue, precisamente, lo que despertó más resistencia a la operación, ya que el terreno, de media cuadra de extensión, es lindero con el convento de Santa Catalina de Siena, primer monasterio de mujeres de la Ciudad de Buenos Aires, inaugurado en 1745. La Iglesia Católica no veía con agrado que haya, junto a ella, un templo de otro culto.
Diez años después, el Gobierno porteño autorizó la construcción de un edificio de usos mixtos, un hotel, un centro de convenciones y locales comerciales. Además, el masterplan contemplaba una plaza pública. Pero el proyecto no logró la aprobación total de la Legislatura y volvió a quedar estancado.
A partir de ese momento, el dueño del terreno tomó la decisión de poner al lote en venta. "Hubo muchos interesados. Pero, al estar la iglesia lindera, había infinidades de trabas y pocos inversores querían avanzar. La negociación con la congregación mormona duró meses. Finalmente, se cerró la semana pasada", explicó una fuente del mercado inmobiliario.
La venta del terreno se firmó a pocos días de las elecciones PASO, en medio de una fuerte parálisis del sector inmobiliario. A lo largo de todo el tiempo que se dilató la negociación, miembros del grupo fundador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hicieron varios viajes desde los Estados Unidos. El closing de la venta del inmueble, no obstante, se cerró con representantes locales, indicó la fuente.
Cuándo se instalará el nuevo templo
Si bien la operación ya se cerró y el estacionamiento comenzó su etapa de desmantelamiento, aún restan cuestiones a definir antes de empezar a construir allí un templo.
El primer punto que es que la regulación del uso del suelo porteño no admite dos templos a pocos metros de distancia. En este caso, habría dos, de cultos distintos, en la misma manzana.
También, hay que tener en cuenta el valor arqueológico y patrimonial que podría estar en peligro por la inminencia de una obra. Es que existen evidencias de que, allí, podría haber un cementerio con restos de monjas y esclavos del convento de Santa Catalina. Además, el monasterio y la iglesia están catalogados como monumentos históricos nacionales.
Se suma también el rechazo de la Iglesia Católica. A través de un comunicado, el Arzobispado de Buenos Aires argumentó que esa delegación papal, "desde hace muchos años, a través del Rector de la Iglesia de Santa Catalina, cuida por la preservación de los dos Monumentos Históricos Nacionales que se nos han confiado, la Iglesia (1942) y el Monasterio (1975), y además por el entorno de ellos, ya que es un espacio de amortiguación de tales edificios".
Y si bien reconoce que "el terreno en cuestión no es propiedad ni de la iglesia de Santa Catalina ni del Arzobispado de Buenos Aires y somos totalmente conscientes del libre derecho de acordar entre privados la compra-venta del mismo", le piden "a las autoridades de la Ciudad evaluar la aprobación y conveniencia urbanística de tal construcción y de potenciales daños en ambos Monumentos Históricos Nacionales".
Mientras tanto, los nuevos dueños ya comenzaron diseñar el templo, que sería el de mayores dimensiones en la Ciudad de Buenos Aires, comparable con el histórico de La Matanza, sobre la Autopista Ricchieri. El proyecto está a cargo del estudio de arquitectos Bodas Miani Anger (BMA). Todavía, hay mucho hermetismo sobre cuándo empezarán las obras y cómo será el boceto final.