La Argentina avanza en etapa nueva económica y, con ella, cambia también la forma en que las compañías deben pensar su negocio. La baja de la demanda, la necesidad de eficiencia y un ritmo regulatorio exigente dejaron en evidencia que ya no alcanza con reaccionar rápido. El empresariado tiene que aprender a esperar, planificar y sostener estrategias cuyos resultados no aparecen en días, sino en meses o incluso un año.

"Necesitamos mucha más eficiencia, ser mucho más competitivos, tener paciencia y cambiar la manera de hacer negocios que teníamos entre 2020 y 2023“, planteó Gian Carlo Aubry, presidente ejecutivo de Nestlé Argentina, Uruguay y Paraguay. Según explicó el ejecutivo, las compañías aún están haciendo el “salto mental” para pasar de un esquema de reacción permanente a otro de planificación más profunda, donde los resultados se evalúan a cuatro o cinco meses, o incluso al año siguiente.

El ejecutivo aseguró que la baja en la demanda obliga a una transformación cultural dentro de las organizaciones. "Hay una mentalidad que necesitamos cambiar en nuestra gente, porque todos los actores estamos sufriendo una baja en el consumo que exige un pensamiento muy diferente al que tuvimos en los últimos años", señaló.

Por su parte, Luis Guastini, director general y presidente de ManpowerGroup Argentina, coincidió en que este año dejó una de las lecciones más incómodas para los líderes, la paciencia. "El gran aprendizaje fue tener paciencia“, afirmó. Y agregó que el modelo de acción-reacción, tan arraigado en el mundo corporativo, empieza a mostrar límites. ”No siempre una acción positiva termina dando un resultado inmediato, y eso es algo que quienes lideramos organizaciones tuvimos que aceptar".

Para Claudio Doller, socio y CEO de BDO Argentina, el mayor desafío de este año fue la competitividad, ya que la desaceleración inflacionaria puso un freno definitivo a la práctica de trasladar ineficiencias al precio. "Fue el año de la competitividad“, definió. ” La baja de la inflación hizo muy difícil pasar la ineficiencia al cliente, o a los precios. Tuvimos que revisar cómo trabaja cada cliente, dónde gana y dónde pierde. Fue un año de muchísimo aprendizaje”.

En el sector salud, el desafío fue doble. Fernando Werlen, director general de SanCor Salud, explicó que la nueva etapa del mercado vino acompañada de cambios regulatorios constantes. "Fue un año complicado, sobre todo por la adaptación a las nuevas normativas“, afirmó. ” Pero también nos dejó un aprendizaje claro: estar a la altura de las circunstancias. Cuando los cambios son bruscos o radicales, el desafío es sostener el nivel de respuesta".