Cajas de seguridad privadas con robots: la propuesta de Hausler para conquistar el interior
El servicio premium de alquiler de cajas de seguridad no bancarias crece por la incertidumbre macro. La empresa, pionera en el sector, abrirá 12 sucursales. Cuánto cuesta y qué beneficios ofrece
El negocio de las cajas de seguridad privada se afianza y Hausler continúa su crecimiento. La compañía, pionera en el sector desde 2014, tiene un ambicioso plan de expansión: en un año, invertirá u$s 15 millones en la apertura de 12 innovadoras sucursales, que incluirán robotización para captar a clientes del interior, con un formato nuevo en la Argentina sin intermediarios.
Con bóvedas llenas y lista de espera, inaugurará dos sucursales antes de fin de año en Buenos Aires y ya planea otras 10 aperturas para 2022. "Cada una demandará, al menos, un desembolso de u$s 1,2 millones. En agosto, empezará a funcionar una nueva sede en Palermo y en noviembre otra en la zona norte de la provincia", anticipa Carlos Gesino, gerente general de Hausler, que el año pasado reemplazó al anterior CEO, Jorge Gatto.
La empresa cuenta con más de 7000 clientes y cuatro sucursales ubicadas en el microcentro porteño (Florida y Paraguay), Belgrano, Pilar y Córdoba capital. "Todas están al límite de su ocupación, como la del centro, que está totalmente cubierta. La de Belgrano y Pilar están al 90% de la capacidad y la de Córdoba, al 80%", detalla.
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La idea de llegar al interior siempre formó parte de la estrategia de expansión de la compañía, sostiene el ejecutivo. "Nos pareció que este era el momento adecuado para hacerlo. Ya llegamos a Córdoba y apuntamos a ganar presencia en las principales plazas. Estamos evaluando locaciones posibles", explica.
En las nuevas sucursales, convivirá el formato tradicional con la robotización. "Es un concepto de última tendencia en el mundo, que aún no arribó a la Argentina y nosotros importaremos de Alemania, con tecnología moderna y eficiente", adelanta Gesino.
El cliente podrá operar sin interacción humana. Para hacer sus transacciones, deberá ingresar a espacio privado blindado. Allí, un robot le acercará su caja de seguridad que, luego de sus movimientos, se encargará de retirar y guardar en el lugar correspondiente.
"Esta tecnología reduce los tiempos y las preocupaciones de los clientes, porque, además de acelerar los procesos, aporta discrecionalidad. Sin ir más lejos, las sucursales de Hausler están todas ubicadas en oficinas comerciales, que pasan desapercibidas", aclara Gesino.
De este modo, la empresa, que maneja la mayor porción del mercado de 24.000 cajas no bancarias que existen en el país, busca consolidar su liderazgo y ganarle a Ingot, su principal competidora.
La empresa fue creada en 2019 por Juan Piantoni, uno de los fundadores de Hausler. Ya tiene dos sucursales operativas, una en la Avenida Corrientes y otra en Nordelta, que abrió en mayo. Proyecta cuatro aperturas para destronar a su predecesora.
El resguardo de valores vive un boom y el futuro es promisorio para la industria nacional, apalancado en un contexto de incertidumbre e inestabilidad macro, que aumenta la contratación del servicio. Desde el comienzo de la pandemia, Hausler cerró un 30% más de operaciones.
Una propuesta diferente
Con precios similares a los de su competencia bancaria, busca diferenciarse de la oferta tradicional con más prestaciones y tecnología de avanzada en su seguridad. Entre sus ventajas, sobresalen un horario de atención más amplio (de lunes a sábado), salas de reunión y de espera individuales, y un plazo de contratación flexible.
El alquiler puede pactarse por días, semanas o meses; mientras que en los bancos, generalmente, los contratos son anuales. Para ser cliente, solo hace falta presentar el DNI y un servicio a nombre del titular.
Los valores de las cajas varían depende del tamaño. Hay cuatro disponibles (chica, mediana, grande y extra grande). El dato no es menor. El 90% de los bancos solo ofrece la medida más pequeña. Por un precio desde $ 3100 mensuales, se accede a un servicio con elevados estándares de seguridad y una experiencia de usuario diferente.
Al ingresar a las sucursales, se deben atravesar diferentes niveles de acceso que incluyen molinetes, puertas enrejadas, detectores de metales, sensores de movimientos, barreras infrarrojas e identificación personal con lector de huellas dactilares y reconocimiento facial y de iris.
Además, la empresa posee personal de seguridad las 24 horas los 365 días del año, circuitos cerrados de cámaras con monitoreo remoto, sistemas de alarmas sofisticados y protección de datos personales encriptados. Se resguarda la identidad del cliente a través de un alias, evitando su contacto con otras personas.
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