En 2005, el hermano de Guillermo García, Martín, promediaba la carrera de Ingeniería en Alimentos en Mendoza, antes de volver a Bariloche con un proyecto cervecero en mano.
Apenas llegó, armó en su casa familiar una fábrica improvisada para producir cerveza artesanal. Para eso revistió la madera con yeso y cerámicos blancos y las habitaciones de la casa se llenaron de tubos y mangueras. Martín incorporó unos barriles de acero que había recuperado de una casa de chatarra. Como no contaba con recursos, su padre le prestó u$s 1000, y armó su primer bloque de cocción en los que producía alrededor de 40 litros de cerveza.
“Así estuvimos un par de años, hasta que pudimos alquilar un galpón y montar una fábrica más grande. Después finalmente compramos un terreno y construimos nuestra fábrica actual en Dina Huapi”, explica Guillermo García.
Hacia fines de 2005, Martín empezó a vender las primeras pale ale bajo el nombre de Manush, en el refugio Berghof (cerro Otto), donde trabajaba su hermana Leticia. Además de Guillermo, pronto se sumó al emprendimiento el cuarto hermano, Fernando, quien también ayudaba en la producción de cerveza.
“En esa época, yo tenía 16 años y fui su ayudante durante las primeras cocciones. Empezamos a vender cerveza a baja escala, en distintos locales de Bariloche, en refugios de montaña, en restaurantes, y de a poco nos fueron abriendo las puertas”, resume Guillermo García sobre la empresa que hoy emplea a 60 personas.
El crecimiento de Manush llegó seis años después, cuando decidieron profesionalizar la marca y abrir su primer restaurante en el centro de Bariloche, que cuenta con una capacidad para 220 personas.
Hoy la compañía tiene tres locales (dos propios en Bariloche y una franquicia en Rosario) y una fábrica donde elaboran alrededor de 40.000 litros de cerveza al mes. Además de la venta directa, la marca comercializa sus productos en Supermercados Todo, de Bariloche, con presencia en 15 sucursales, y llega a distintos puntos del país a través de su red de distribuidores.
“Para apalancar el crecimiento, estamos impulsando una fuerte campaña de venta de latas, con el objetivo de sostener el consumo en los locales, captar nuevos clientes y avanzar en el desembarco en nuevas cadenas de supermercados”, dice García y adelanta que para el año que viene proyectan abrir un “Tap Room” en la fábrica (un espacio donde se sirve cerveza tirada).
Pero Guillermo García no solo maneja la compañía familiar junto a sus tres hermanos, sino que también dedica gran parte de su tiempo a entrenar. Puede pasar entre 15 y 20 horas a la semana entrenando para competir un Ironman.
Hoy es considerado uno de los 10 mejores triatletas de la Argentina: completó 24 Ironman full y 53 en la modalidad 70.3 (medio Ironman). Uno de sus logros más recientes, el Ironman de Maryland de 2025, le aseguró un lugar en el mundial de este triatlón del año que viene.
“Tengo la misma cantidad de años de experiencia tanto en la carrera laboral como deportiva. El triatlón me enseñó a ser metódico, a planificar y a no rendirme ante la adversidad. Y la cerveza me conecta con el placer, con el disfrute y con la gente. El deporte me da la estructura y la cerveza me recuerda por qué vale la pena el esfuerzo”, cierra.