Afectada por una fuerte crisis financiera, Celulosa Argentina, la mayor papelera del país, frenó la actividad en sus plantas ubicadas en Capitán Bermúdez y Zárate. Además, mientras busca renegociar una deuda de alrededor de u$s 128 millones con sus acreedores, salió en busca de inversores para recomponer su operación.
La empresa lo informó en un comunicado que envió el miércoles a la Comisión Nacional de Valores (CNV). Esta noticia llegó poco menos de un mes después de que uno de sus acreedores, la compañía dedicada a proveer servicios de izaje y movimiento de cargas pesadas, Tecmaco Integral,solicitara su quiebra ante la Justicia santafesina.
"La sociedad continúa enfocada en el proceso de reestructuración de sus pasivos financieros y en la búsqueda de nuevos socios o inversores que permitan la recomposición de su capital de trabajo, viabilizando su continuidad operativa", estableció la compañía en el comunicado.
Respecto al parate de las plantas, Celulosa adjudicó la decisión "al marcado deterioro del capital de trabajo, como consecuencia del complejo contexto que atraviesa la empresa".
Celulosa es propiedad del Grupo Tapebicuá, uno de los mayores aserraderos del país con base en Gobernador Virasoro. La empresa cayó en default en mayo de este año, aunque atraviesa una compleja crisis financiera desde mediados de 2024, caracterizada por un contexto macroeconómico difícil, a lo que se sumaron también factores externos de la industria que afectaron su desempeño.
Hace poco más de un mes el grupo presentó ante sus acreedores una propuesta para reestructurar un pasivo de u$s 128 millones. El plan buscaba adecuar la estructura de capital a la capacidad real de generación de negocios, extendiendo los plazos de vencimiento para reforzar la situación financiera. Según comunicó la compañía a la CNV, el objetivo es garantizar la continuidad operativa, clave para abastecer el mercado local, cumplir en el corto plazo con sus clientes habituales y, en el mediano plazo, con proveedores y acreedores.
Antes de esta propuesta, el grupo controlador había reconocido estar bajo estrés financiero. Para inyectar liquidez, a comienzos de mayo vendió títulos de la compañía, lo que implicó una reducción temporal de su participación accionaria. Como resultado, el empresario estadounidense Douglas Albretch y los ejecutivos locales José Urtubey -hermano del exgobernador de Salta- y Juan Collado disminuyeron su tenencia directa e indirecta al 45,79% del capital social. Aclararon que la medida es transitoria y busca evitar mayores tensiones financieras.