El auge del skincare dejó de ser una moda para convertirse en una práctica con sustento científico. Cada vez más personas entienden que la piel es un órgano con funciones clave y que su cuidado diario tiene impacto directo en la salud.
“El boom del skincare tiene una base científica. Tiene que ver con que aprendimos que la piel es un órgano que hay que cuidar, que tiene funciones. Al aprender eso, es que uno sabe que el maquillaje no es lo fundamental”, señaló Leisa Molinari, dermatóloga y fundadora del Centro Médico de la Piel.
Para la especialista, la estética dejó de ser un objetivo aislado. “La estética y la salud de la piel tienen que ir de la mano. No existe una buena estética si no está saludable la piel”, sostuvo, al remarcar que se trata del órgano más expuesto y visible del cuerpo. En esa línea, contó que desarrolló su propia marca de cuidado con base científica.
Molinari contó cuáles las innovaciones más relevantes de sus propias líneas de productos: “Lo más novedoso que tenemos en el cuidado de la piel son los nutriceuticos y la fotoprotección vía oral”, explicó. Estos comprimidos, compuestos por vitaminas y antioxidantes, refuerzan las defensas naturales del organismo.
El uso de tecnología también forma parte de la evolución del cuidado. “Usamos IA desde hace tres años para mejorar nuestra efectividad en la detección temprana del cáncer de piel”, indicó. El centro incorporó un sistema que escanea toda la superficie cutánea y, junto con la inteligencia artificial, genera un informe que estima el riesgo futuro de desarrollar la enfermedad.









