La demanda de paquetes turísticos para ir a Brasil este verano en aumentó un 50% con respecto al último año, tras el fin del cepo cambiario y por la fuerte devaluación del real, que abarató costos en el país vecino.
Si bien el peso argentino perdió un 40% de su poder de compra por la devaluación de este año, sobre todo en el último mes, el real acumula una depreciación del 70% en igual período, lo que torna más competitivo a Brasil y genera mayor demanda, según la agencia NA.

Damián Di Pace, experto en consumo e integrante de la consultora Focus Market, dijo que según los relevamientos realizados en los últimos días, la compra de turistas argentinos para viajar a Brasil creció un 50% contra igual época de 2014.

Federico Iaría, experto de la empresa Servicio Internacional de Turismo SA, coincidió con Di Pace que el aumento de la demanda fue del 50% y explicó que Brasil es un destino muy elegido este año porque las tasas de impuestos para ir al Caribe están muy elevadas y eso encarece el costo final del viaje.

Brasil trabajó bien en los preparativos de la temporada y logró precios razonables, por lo que ahora quedan muy pocas plazas en ese destino, dijo Iaría a NA, y desestimó que el cepo cambiario haya afectado la afluencia de turistas argentinos a las playas brasileñas. "El cepo no tenía gran impacto con el turismo a Brasil porque no había inconvenientes con los operadores grandes. Sí hubo una retracción después del ballottage del 22 de noviembre porque directamente no había precios de referencia. Se tuvo que retarifar todo", explicó el especialista.

Consideró Iaría que si las elecciones presidenciales hubieran sido en mayo, el mercado del turismo internacional habría llegado con más estabilidad y previsibilidad al último trimestre del año, cuando los argentinos definen dónde pasarán sus vacaciones de verano.

Este año volvió a ser un destino importante el sur de Brasil (con ciudades como Torres o Florianópolis) porque los argentinos pueden llegar en automóvil, lo que permite ahorrar pasajes, e incluso es la decisión que toman muchos turistas que viven en el nordeste argentino.

Si bien "Brasil viene un poco mas económico"que la Costa Atlántica argentina, Iaría repara en que puede haber competencia hasta las playas ubicadas en Río de Janeiro, mientras que el público que opta por destinos del norte brasileño es muy distinto al que va a Mar del Plata u otras playas del mar local.

A principios de noviembre, previo a la fuerte devaluación de mediados de diciembre, la consultora Focus Market había realizado un análisis sobre cuál era el costo de ocho días y siete noches (del 15 de enero al 23 de enero) en la ciudad brasileña de Buzios y el precio por pasajero era de $ 12.750.

En el último mes del gobierno de Cristina Fernández, cuando el cepo cambiario se cerró aún más al bajarse el límite para girar divisas y ante la expectativa de una devaluación por el eventual triunfo de Mauricio Macri, las tarifas aumentaron fuertemente, al punto que el mismo paquete subió a los $ 20.000. No obstante, la venta de paquetes para veranear en Brasil en 2016 había registrado un alza del 40% ya entre enero y octubre, ya que muchos argentinos fueron precavidos y anticiparon su compra en cuotas fijas y en pesos, a un tipo de cambio menor.

En el radar de los viajeros argentinos post cepo cambiario también aparece como destino Chile,donde es muy fuerte el turismo de consumo de bienes electrónicos que no llegan a Buenos Aires, y Miami, por sus playas y mercados de indumentaria barata en dólares.

Di Pace analizó en declaraciones a radio Del Plata que la devaluación del 30% registrada con el gobierno de Mauricio Macri más el 10% de valor que había perdido el peso en 2015 durante la gestión de Cristina Fernández acumuló un 40%, que sigue siendo menor a la depreciación del 70% del real. "En términos comparativos, desgraciadamente, Brasil termina siendo más económico que la Argentina", dijo el experto.

Sobre el turismo interno, Di Pace precisó que la suba en alquileres de inmuebles y tarifas de hoteles en la Costa promedian el 25%, pocos llegan al 30%. Pero las compras en los supermercados brasileños resultará más barata que en la Costa local, por la devaluación del real y la inflación en la Argentina.