

"Más allá de lo que hacemos, creemos en una manera de hacer las cosas".Agropago es un montón de cosas, pero esta frase la define en uno de sus aspectos más profundos. Esta definición no surgió de sus fundadores sino de un intento, entre todos, de descifrar por qué pasa lo que pasa en el día a día de nuestra empresa.
Desde el génesis se dejó fluir el proyecto casi por sus propias vías, para luego tratar de entenderlo. Y este "dejar fluir al proyecto", en definitiva, es dejar fluir a las personas que lo conforman, todas aquellas que por algún motivo tienen contacto con el mismo.
La gran apuesta fue sentir las decisiones, más que pensarlas, sin miedo a dónde nos llevarían. Estamos apoyados en cuatro pilares que nos ayudan a gestionar (o mejor dicho, no-gestionar) de esta manera tan abierta: libertad con responsabilidad, confianza, autenticidad (ser genuinos) y respeto.
Cada persona que se suma al equipo recibe un mensaje claro "no sabemos cuánto durará esto, pero mientras tanto, lo disfrutaremos". Esto es algo que me gusta por dos motivos: quien ingresa sabe que como equipo estamos decididos a viajar livianos y vivir cada día como si fuera el último; y a nosotros nos hace comprender que tenemos escaso o nulo control sobre el porvenir, desarrollando así la capacidad de adaptarnos y tomar decisiones con la información disponible, confiando en que si viene del corazón, no hay error.
En Agropago nadie viene a "cubrir" un puesto, sino que existen tareas y roles que se van adaptando a cada persona y no al revés; entendemos que de esta manera cada uno puede lograr su mejor versión. Me gusta visualizar a Agropago como un flujo de energía (similar a la corriente australiana en la película "Buscando a Nemo") al cual se van sumando todos los que tocan el proyecto, y todos aportan su energía, algo inherente al ser humano. No importa lo que cada uno haga, sino la porción de energía que ofrece al conjunto.
Como resultado de este experimento, lo que sucede es algo que generalmente evitamos explicar de esta forma en el mundo de los negocios: magia. Le tememos a este término porque en el inconsciente colectivo la magia es algo que no controlamos, y por lo tanto decidimos declarar que no existe. Ahora bien, si yo expongo que no tenemos control sobre el porvenir, como mencioné anteriormente, no quiere decir que no exista el futuro. La magia y el porvenir se igualan en este punto, y nosotros tenemos la confianza de que las decisiones tomadas de forma auténtica (desde el corazón) con libertad, responsabilidad, y respetándonos mutuamente, permiten que el universo se exprese y nos lleve al lugar y momento preciso donde debemos estar, como por arte de magia.
Y como decía un viejo programa en la tele: no intenten esto en casa. Todo lo que cuento de ninguna manera debe ser tomado como la forma correcta de desarrollar una empresa. No existe tal cosa, ni viniendo de este artículo ni viniendo de Harvard. El camino de cada persona, y por lo tanto, de cada empresa, es único e irrepetible.
Volviendo al inicio de este artículo, hoy procesamos pagos, lo hacemos con pasión y profesionalismo, pero nada impide que mañana nos embarquemos en otro objetivo; ya que en nuestro minúsculo y profundo mundo de Agropago, aprender a disfrutar el camino es llegar al objetivo.












