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Prestar dinero a un familiar o amigo puede parecer un gesto solidario sin mayores complicaciones, pero el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tiene reglas claras. Si bien no existe una prohibición expresa para este tipo de operaciones entre personas cercanas, ignorar los lineamientos establecidos podría resultar en sanciones.

La clave está en conocer los límites y procedimientos que exige el organismo público cuando se manejan cantidades significativas. De lo contrario, lo que comienza como un favor podría terminar en un dolor de cabeza.

A partir de los 600,000 pesos anuales, los préstamos, donativos o premios deben declararse ante el SAT para evitar que sean considerados ingresos no justificados.
A partir de los 600,000 pesos anuales, los préstamos, donativos o premios deben declararse ante el SAT para evitar que sean considerados ingresos no justificados. Fuente: ShutterstockShutterstock

La cifra mágica: cuándo un préstamo entre conocidos se convierte en un problema fiscal

En materia fiscal no importa si el dinero proviene de un familiar, un amigo o un conocido. El punto clave está en el monto. Cuando en un mismo año fiscal una persona recibe préstamos, donativos o premios que en conjunto superan los 600,000 pesos, surge la obligación de informarlo en la declaración anual del Impuesto Sobre la Renta, conforme con el artículo 90 de la Ley del Impuesto sobre la Renta.

Si estos recursos no se reportan o no cuentan con documentación que acredite su origen, el SAT puede presumir que se trata de ingresos no declarados, con la posibilidad de imponer multas, recargos y el pago del impuesto correspondiente. Por eso, a partir de esa cifra, un préstamo informal puede dejar de ser un simple apoyo económico.

El contrato: tu mejor aliado para evitar sanciones millonarias

La recomendación de expertos es clara: formalizar siempre la operación mediante un contrato de préstamo. Este documento debe incluir detalles como el monto exacto, plazos de pago, tasa de interés (si aplica) y las condiciones de devolución.

Este respaldo legal no solo protege ambas partes en caso de desacuerdos, sino que también sirve como justificante ante cualquier revisión fiscal. El documento demuestra la naturaleza legítima de la transacción y elimina cualquier sospecha sobre el origen del dinero.

Contar con un contrato de mutuo y transferencias bancarias identificables es clave para acreditar el origen del dinero. Fuente: archivo.
Contar con un contrato de mutuo y transferencias bancarias identificables es clave para acreditar el origen del dinero. Fuente: archivo.

¿Un préstamo genera impuestos o puede ser considerado ingreso?

En términos generales, los préstamos no pagan impuestos, ya que no representan una ganancia sino una obligación. Sin embargo, el problema surge cuando el dinero recibido no puede comprobarse como préstamo.

Si el contribuyente no cuenta con documentación que respalde la operación, el SAT puede considerar esos recursos como ingresos no declarados, lo que abre la puerta al cobro de ISR, recargos y multas. Por eso, la autoridad recomienda que cada transferencia tenga un concepto claro y que exista un documento que acredite el acuerdo entre las partes.

¿Los préstamos son deducibles ante el SAT?

Los préstamos no son deducibles para efectos fiscales. Sin embargo, sí pueden deducirse los intereses reales pagados de un crédito hipotecario destinado a la vivienda habitual, siempre que se cumplan los requisitos establecidos en la ley y el financiamiento provenga de una institución autorizada.

Este beneficio no aplica a créditos para terrenos, casas de descanso o inmuebles con fines de inversión, por lo que es fundamental verificar que el crédito reúna las condiciones fiscales correspondientes.