

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) recordó que habrá embargo de cuentas bancarias, bienes muebles e incluso inmuebles para aquellos contribuyentes que presentes adeudos fiscales importantes.
La medida busca fortalecer la recaudación y combatir la evasión, especialmente en casos donde ya se agotaron las demás vías de cobro.

A quiénes afectan los embargos del SAT
Esta acción está dirigida a contribuyentes -personas físicas o morales- que tengan créditos fiscales firmes, es decir, deudas reconocidas legamente que no fueron pagas, así como a quienes no atienden notificaciones, requerimientos o auditorias del organismo público.
De hecho, el embargo puede proceder si no hay respuesta en los plazos establecidos o si se detecta dolo o intención de ocultar bienes.
Además, el SAT intensificó su vigilancia sobre actividades económicas formales, operaciones con factureras y declaraciones inexactas. Así, no sólo se embargan cuentas bancarias, sino también propiedades como terrenos, vehículos y hasta locales comerciales.
¿Qué tipo de bienes puede embargar el SAT?
El organismo público tiene la facultad legal de embargar diferentes tipos de bienes. Entre los más comunes están:
Cuentas bancarias personales y empresariales
Vehículos registrados a nombre del deudor
Propiedades inmuebles como casas, departamentos o terrenos
Maquinaria, mobiliario y equipo de oficina
Participaciones accionarias en empresas
Los embargos pueden ser precautorios o definitivos, dependiendo del proceso administrativo, y suelen comenzar con el congelamiento de cuentas bancarias.

¿Cómo evitar el embargo?
Para evitar ser sujeto a este tipo de sanciones, el SAT recomienda:
Estar al corriente con las declaraciones mensuales y anuales
Revisar constantemente el Buzón Tributario y atender requerimientos
Corregir cualquier error u omisión mediante declaraciones complementarias
Solicitar convenios de pago en parcialidades en caso de deuda
Consultar a un contador o asesor fiscal ante cualquier duda
La autoridad fiscal insiste en que el objetivo no es castigar, sino fomentar el cumplimiento voluntario. No obstante, quienes omitan sus obligaciones o intenten evadirlas enfrentarán las consecuencias legales.














