

El Vaticano compartió en su sitio web los versículos de la Biblia con la reflexión del jefe de la Iglesia Católica, el papa Francisco, para que los creyentes conozcan la palabra de Dios para este día.
Además, el pontífice Jorge Mario Bergoglio realiza dicha lectura bíblica de forma diaria para que también sea compartida en las misas que se celebran durante toda la semana.

La lectura de la Biblia de este lunes 12 de agosto
Aun cuando la Sagrada Escritura cuenta con miles de años, la palabra de Dios siempre tiene un mensaje de aliento que sirve como guía para la vida diaria. Por ello, es necesario tener presente los siguientes versículos de Ezequiel:
Lectura de Ezequíel 1, 2-5. 24-28
El día cinco del mes cuarto (era el año quinto de la deportación del rey Joaquín), me fue dirigida la palabra del Señor a mí, Ezequiel, sacerdote, hijo de Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Kebar y fui arrebatado en éxtasis.
Vi venir del norte un viento huracanado, una gran nube rodeada de resplandores y relámpagos y en su centro, algo parecido al brillo del ámbar. En medio aparecían cuatro seres vivientes, que tenían forma humana. Oí el ruido de sus alas cuando se movían: era como el estruendo de un río caudaloso, como el trueno del Altísimo, como la gritería de una multitud o como el estruendo de un ejército en batalla. Cuando se detenían, plegaban sus alas.
Encima de la plataforma había una especie de zafiro en forma de trono y de esta especie de trono sobresalía una figura, que parecía un hombre. Vi luego una luz, como brillo de ámbar, como un fuego que envolvía al hombre, desde la cintura para arriba; desde la cintura para abajo, vi también algo como fuego, que difundía su resplandor, parecido al del arco iris que se ve en las nubes, cuando llueve.
Tal era la apariencia visible de la gloria del Señor. Cuando yo la vi, caí rostro en tierra.

El capítulo de la Biblia para el lunes 12 de agosto
Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 22-27
En aquel tiempo, se hallaba Jesús con sus discípulos en Galilea y les dijo: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo van a matar, pero al tercer día va a resucitar". Al oír esto, los discípulos se llenaron de tristeza. Cuando llegaron a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los recaudadores del impuesto para el templo y le dijeron: "¿Acaso tu maestro no paga el impuesto?" El les respondió: "Sí lo paga".
Al entrar Pedro en la casa, Jesús se adelantó a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón? ¿A quiénes les cobran impuestos los reyes de la tierra, a los hijos o a los extraños?" Pedro le respondió: "A los extraños". Entonces Jesús le dijo: "Por lo tanto, los hijos están exentos. Pero para no darles motivo de escándalo, ve al lago y echa el anzuelo, saca el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda. Tómala y paga por mí y por ti".

La palabra del papa Francisco para el lunes 12 de agosto
El papa Francisco interpreta que la predicación evangélica debe surgir de la gratuidad y el asombro de la salvación que se recibe. Lo que se ha recibido gratuitamente de Dios debe ser dado gratuitamente a los demás. San Pedro es un ejemplo de esta gratuidad, ya que no tenía riquezas y confiaba en la providencia divina para pagar sus impuestos.
La pobreza es un signo de esta gratuidad y debe ser el camino que recorra el anuncio del Evangelio. La Iglesia no debe convertirse en una organización empresarial, sino que debe llevar adelante sus obras con corazón de pobreza. El papa Francisco advierte que cuando los apóstoles buscan enriquecer a la Iglesia, esta envejece y se convierte en una ONG sin vida.
Por lo tanto, es necesario reconocer la gratuidad de los dones recibidos de Dios y avanzar en la predicación evangélica con esta gratuidad.













