

Desde siempre, la percepción del tiempo fue uno de los fenómenos más analizados por los científicos, dado que la velocidad con la que transcurren las horas puede variar según la persona y las circunstancias.
En este contexto, un reciente estudio proporcionó una posible explicación para este fenómeno.
De acuerdo con una investigación publicada en Nature Human Behavior, el tiempo puede ralentizarse o acelerarse en función de las experiencias personales de cada individuo.
Este hallazgo, revelado por la ciencia, parece desafiar las leyes de la física y permite a los investigadores profundizar en el entendimiento del funcionamiento de la mente humana.

El secreto para modificar la velocidad del tiempo
La investigación indica que la percepción del tiempo varía entre individuos; sin embargo, una forma efectiva y universal de modificar su velocidad es a través de la vivencia de escenas memorables.
Los científicos descubrieron que nuestra percepción del paso del tiempo se distorsiona cuando procesamos un suceso impactante, lo que provoca la sensación de que las agujas del reloj se mueven más lentamente.
Este fenómeno denominado "distorsión temporal", en el cual diversos factores relacionados con el tamaño, el color y las características visuales de un objeto o escena desempeñan un papel fundamental.
Además, se evidenció que este tipo de eventos resulta más fácil de recordar en comparación con aquellos de menor impacto.
Así, se observó que los estímulos visuales pueden alterar la duración de ciertos momentos. Este hallazgo es significativo para la ciencia, ya que sugiere que los circuitos visuales desempeñan un papel mucho más relevante en la percepción del tiempo de lo que se había considerado previamente.
Métodos empleados por los científicos para alcanzar este asombroso descubrimiento
Los investigadores llevaron a cabo cuatro experimentos con un número variable de participantes, en los cuales se les presentaron diversas imágenes durante intervalos de tiempo que oscilaban entre 300 milisegundos y un segundo.
Utilizando un dispositivo que facilitó la medición de sus percepciones, se solicitó a los participantes que evaluaran la duración de la experiencia asociada a cada imagen mostrada. Al día siguiente, se les sometió a una prueba de memoria, que los científicos emplearon como herramienta para determinar cuáles imágenes eran más fácilmente retenidas por su mente.
Los resultados obtenidos permitieron establecer un vínculo claro entre la capacidad de memorizar una imagen y la percepción temporal de los participantes, ya que, según los investigadores, "cuanto más larga es la duración percibida de una imagen, más memorable resulta".
Asimismo, se especifica que "las imágenes más memorables se procesan más rápidamente; y este aumento en la velocidad para digerirlas se traduce en que esos estímulos visuales se perciban más largos y con mayor precisión".
Este estudio establece un precedente para futuras investigaciones que busquen responder a una mayor cantidad de interrogantes y profundizar en la relación entre la percepción del tiempo y la distorsión provocada por diversos estímulos visuales.













