

Los orígenes del planeta Tierra y de los elementos que lo conforman constituyen uno de los mayores enigmas en el ámbito de la ciencia. A pesar de que se han llevado a cabo numerosas investigaciones que han permitido a los científicos profundizar en su génesis, persisten miles de misterios que aún permanecen sin resolver.
En este contexto, investigadores de la Universidad de Curtin en Australia han realizado un notable hallazgo relacionado con el agua dulce, el cual podría desafiar nuestras concepciones actuales sobre su estudio y comprensión.

Un revolucionario hallazgo científico sobre el agua dulce
El análisis de antiguos cristales minúsculos de circón, una roca mineral notablemente resistente y "inmune" al paso del tiempo, procedentes de Australia Occidental, permitió a los científicos examinar el oxígeno que estos cristales almacenaban en su interior y estudiar su composición en detalle.
En el transcurso de esta investigación, se identificó la esperada presencia de oxígeno proveniente del agua de mar. Sin embargo, algunos de los cristales analizados, datados en dos períodos distintos (3,400 millones de años y 4,000 millones de años respectivamente), revelaron un tipo de oxígeno diferente, lo que corroboró la existencia de agua dulce en esos tiempos remotos.
Este descubrimiento sorprendió a los investigadores, ya que demuestra que los parches de tierra que formaron los primeros continentes debían haber existido en ese entonces, dado que la preservación del agua dulce solo es posible en presencia de tierra que la retenga tras las precipitaciones.
Razones por las que este descubrimiento pone en jaque nuestro conocimiento actual
Hamed Gamaleldien, investigador principal del estudio publicado el 3 de junio en Nature Geoscience, afirma que "la evidencia de agua dulce a esta profundidad en el interior de la Tierra desafía la teoría existente de que la Tierra estuvo completamente cubierta por un océano hace 4.000 millones de años".
Este hallazgo no solo ilumina la historia temprana de nuestro planeta, sino que también sugiere que la interacción entre las masas de tierra y el agua dulce crea un entorno propicio para que la vida florezca en un período de tiempo relativamente corto: menos de 600 millones de años tras la formación del planeta, según el coautor del estudio, Hugo Olierook, quien subrayó la importancia de este descubrimiento para ampliar el conocimiento científico sobre la evolución de la Tierra.
Así, el ciclo hidrológico, proceso fundamental que permite el movimiento del agua en la Tierra y es esencial para la preservación de la vida en su máxima expresión, tiene su inicio muy "cercano" en términos biológicos a la génesis del planeta, cuya formación se estima en hace 4,540 millones de años.













