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Imágenes satelitales captadas entre agosto y septiembre de 2025 revelaron la presencia del GJ-11 Sharp Sword en una base aérea estratégica de Tibet, confirmando los temores de expertos militares occidentales.
Este vehículo aéreo de combate no tripulado representa un salto cualitativo en la tecnología militar china, diseñado específicamente para evadir los sistemas de detección más sofisticados del mundo.
Con capacidad para realizar misiones de reconocimiento y ataques de precisión, el dron desplegó a apenas 150 kilómetros de la frontera con India, una ubicación que intensifica las tensiones geopolíticas en la región del Indo-Pacífico.
El dron invisible que redefine la guerra moderna
El GJ-11 Sharp Sword incorpora un diseño de ala volante sin cola que minimiza su firma radar, permitiéndole penetrar espacios aéreos defendidos sin ser detectado.
Esta aeronave no tripulada puede alcanzar velocidades subsónicas de hasta 1,100 kilómetros por hora y está equipada con compartimientos internos para transportar bombas guiadas de precisión.
Lo que distingue a este sistema de otras plataformas similares es su arquitectura furtiva integral, que combina geometría especializada con materiales absorbentes de radar.
Según fuentes militares chinas, el dron puede operar de manera autónoma desde el despegue hasta el aterrizaje, ejecutando misiones complejas sin intervención humana directa.
Lastest drone showcased in Chinese PLA Air Force's microfilm
— China Military Bugle (@ChinaMilBugle) November 11, 2025
To mark the 76th founding anniversary, the Chinese #PLA #AirForce released a microfilm titled "Far-Reaching Dreams" on Tuesday.
The microfilm released footage of a #GJ11 stealth #drone teaming up with a #J20 stealth… pic.twitter.com/WpFZLYygOc
Inteligencia artificial al mando: cuando las máquinas toman decisiones letales
La verdadera revolución del GJ-11 reside en sus capacidades de inteligencia artificial, que supuestamente le permiten coordinar operaciones con múltiples drones y actuar como escolta de cazas tripulados como el J-20S. Analistas militares chinos afirman que sus algoritmos pueden gestionar maniobras tácticas avanzadas y adaptarse a escenarios de combate cambiantes en tiempo real. Esta autonomía representaría un cambio paradigmático en la guerra aérea, donde escuadrones de drones podrían saturar defensas enemigas mientras los pilotos humanos permanecen a distancia segura. Sin embargo, expertos occidentales mantienen escepticismo sobre el nivel real de autonomía alcanzado.
Estados Unidos cambia de estrategia: ¿error calculado o visión a largo plazo?
Mientras China avanza con plataformas autónomas de ataque, Estados Unidos optó por un enfoque diferente con sus Aeronaves de Combate Colaborativas (CCA), que operarán bajo control directo de pilotos en cazas F-35 y F-22.
El jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea estadounidense justifica esta decisión argumentando que la tecnología de sistemas autónomos “aún está madurando” en el arsenal norteamericano.















