

El panorama geopolítico en Europa se vuelve cada vez más tenso. Tanto es así que un alto mando militar de Francia, el general Thierry Burkhard, lanzó una contundente advertencia que resuena en todo el continente: Rusia está rearmándose a una velocidad alarmante y podría convertirse en una "amenaza real" en tan solo cinco años. Los cálculos del alto mando francés pusieron en alerta a las principales potencias europeas.
Burkhard, quien dejará su puesto como jefe de las fuerzas armadas francesas el 1 de septiembre, sostiene que para el 2030, Rusia tendrá la capacidad de "representar una amenaza militar para los países occidentales, y los países europeos en particular". Su visión se basa en la experiencia de combate de Rusia en Ucrania, su enorme capacidad de resistencia y la tenacidad del pueblo ruso, que en un conflicto "aguantará cinco minutos más que nosotros".
La estrategia de Europa para la próxima guerra
Ante este escenario, el general Burkhard subraya que los ejércitos europeos no pueden simplemente replicar el enfoque de Estados Unidos, que busca "superar a los enemigos para reducir el riesgo a casi nada". La clave para la defensa europea será hacer más con menos, asumiendo mayores riesgos y siendo más maniobrables. Esto implica un cambio de paradigma en la estrategia militar del continente.
El general destaca que la guerra moderna ha transformado la "economía de la letalidad". Si bien las armas de alta tecnología, como los misiles de crucero SCALP, siguen siendo esenciales, la victoria no se logrará con "Ferraris". En cambio, se necesitará una gran cantidad de municiones baratas para agotar al enemigo. "Necesitas Ferraris de vez en cuando", dice Burkhard, "pero no ganaremos la guerra con Ferraris".

La fuerza nuclear y la nueva alianza franco-británica
En este escenario, vuelve a discutirse la disuasión nuclear como una parte fundamental de la seguridad europea. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha propuesto un diálogo estratégico con sus aliados sobre el papel de la fuerza de disuasión de Francia. A este respecto, un paso crucial ha sido el acuerdo entre Francia y el Reino Unido, las dos potencias nucleares de Europa, para profundizar su coordinación ante cualquier "amenaza extrema" al continente.
Aunque las fuerzas nucleares de ambos países seguirán siendo independientes, la posibilidad de una respuesta conjunta requerirá un nuevo nivel de planificación. Esta cooperación estratégica cobra especial relevancia ante el creciente temor de un conflicto a gran escala. El general Burkhard es claro: "Francia no puede luchar sola contra Rusia". Si alguna vez se ve amenazada por Rusia, "no es una cuestión de armas convencionales, es una cuestión de disuasión nuclear".













