

La pesadilla de miles de familias en la Ciudad de México podría estar llegando a su fin. El Congreso de la Unión aprobó este martes un paquete de reformas históricas que endurece drásticamente las penas contra quienes se apropian ilegalmente de propiedades ajenas. Con 58 votos a favor, los legisladores enviaron un mensaje contundente: el despojo inmobiliario ya no quedará impune.
La iniciativa, impulsada por la jefa de Gobierno Clara Brugada y el diputado Diego Garrido, representa el cambio más significativo en décadas para combatir un problema que destruyó el patrimonio y la tranquilidad de innumerables capitalinos. Desde contratos falsos hasta escrituras apócrifas, los ocupas perfeccionaron sus métodos de despojo, pero ahora enfrentarán consecuencias sin precedentes.
“El despojo no es solo un conflicto legal. Es una agresión directa al patrimonio, a la historia y a la estabilidad de miles de familias capitalinas”, advirtió la diputada Rosario Morales al presentar el dictamen en tribuna, subrayando que esta práctica delictiva “destruye proyectos de vida” al arrebatar hogares, negocios y tierras familiares.

Penas de hasta 22 años: el nuevo castigo contra los invasores de propiedades
El cambio más contundente llega a través del Código Penal del Distrito Federal, donde se actualizó el tipo penal para elevar las sanciones hasta 22 años de prisión. Esta reforma amplía los supuestos de comisión del delito, incorpora nuevas agravantes y define conductas equiparables que antes quedaban en zonas grises de la ley.
Los invasores que utilicen violencia, intimidación o engaño para apropiarse de inmuebles enfrentarán ahora las penas más severas. La reforma cierra los resquicios legales que permitían a los delincuentes evadir la justicia mediante artimañas jurídicas, desde la simulación de contratos privados de compraventa hasta la presentación de documentos falsificados ante autoridades.
Esta actualización del marco jurídico busca no solo castigar, sino prevenir y frenar la ocupación ilegal de propiedades que se convirtió en una práctica cada vez más frecuente en Ciudad de México.
Adiós a los contratos falsos: blindaje total contra la simulación de documentos
Una de las armas favoritas de los invasores fue la presentación de títulos simulados y escrituras falsas para justificar la “posesión” de inmuebles ajenos. Las nuevas reformas atacan directamente esta práctica mediante tres cambios estratégicos:
- Código Civil actualizado: el artículo 806 fue reformado para impedir que los ocupantes ilegales utilicen la figura de la “posesión” como defensa mediante títulos simulados.
- Control registral estricto: la Ley Registral para la Ciudad de México ahora exige constancia de ejercicio legal cuando se presente una escritura física emitida por un fedatario de otra entidad. Esta medida bloquea la inscripción de documentos apócrifos o fraudulentos que antes pasaban desapercibidos.
- Responsabilidad notarial: la Ley del Notariado fue modificada para establecer responsabilidad directa de notarias y notarios por negligencia o mala fe que derive en despojos, cerrando así uno de los flancos más vulnerables del sistema.

Desalojo inmediato: las nuevas herramientas para recuperar tu propiedad
Las reformas aprobadas no solo endurecen las penas, sino que facilitan la recuperación de inmuebles para los legítimos propietarios. El nuevo marco legal dota a las autoridades de mecanismos ágiles para ejecutar desalojos y devolver las propiedades a sus dueños en tiempo récord.
El paquete de reformas actualiza tanto el marco jurídico sustantivo como el procesal, lo que significa que los trámites para recuperar una propiedad serán más rápidos y efectivos. Las comisiones unidas de Administración y Procuración de Justicia, junto con la Comisión Registral, Notarial y de Tenencia de la Tierra trabajaron en conjunto para eliminar los obstáculos burocráticos que antes retrasaban la justicia.
El mensaje es claro: quien pretenda despojar a otro de su propiedad en la capital del país enfrentará consecuencias severas, con penas que pueden alcanzar más de dos décadas tras las rejas.















