

La posibilidad de una Tercera Guerra Mundial preocupa con mayor frecuencia desde el final del último gran conflicto. Las guerras actuales en Ucrania, Gaza o Sudán evidencian que el recurso a la violencia sigue siendo moneda corriente. Las amenazas nucleares de Rusia subrayan, por su parte, que la línea entre fantasía apocalíptica y realidad estratégica puede ser más cercana de lo que se cree.
En detalle, la violencia organizada precede a los primeros estados y fue una constante histórica. Para biólogos y psicólogos evolutivos, la guerra fue una herramienta de supervivencia. Los humanos combatían para proteger a sus grupos y acceder a recursos. Esa práctica se normalizó psicológica y socialmente.

Otros enfoques ven la guerra como producto de sistemas culturales y políticos. Desde hace más de diez mil años, evidencias arqueológicas confirman su presencia. No siempre fue organizada como hoy, pero ya entonces dejaba rastros de muerte y destrucción.
¿Cuál es el motivo de las guerras?
Las razones detrás de las guerras fueron diversas y constantes. Por recursos, por fe, por seguridad o por ambición, las motivaciones permanecieron similares. Desde Roma hasta la Segunda Guerra Mundial, la apropiación de recursos fue motor de campañas militares. Los conflictos de religión, de las cruzadas al islamismo radical, también atravesaron los siglos.
La inseguridad estructural, tal como lo describiera Hobbes en Leviatán, continúa siendo un factor determinante. Las fronteras siguen siendo zonas de conflicto y desconfianza, como lo muestran las guerras en curso. Y la búsqueda de poder -individual o colectivo- sigue siendo uno de los motivos más persistentes.
La llamada Teoría de la Transición de Poder propone que los cambios en la jerarquía global provocan conflictos. Dicha teoría se retoma para analizar la rivalidad entre Washington y Pekín. Sin embargo, muchas guerras comenzaron por ataques de potencias mayores a actores menores, y luego se internacionalizaron, como ocurrió en 1914 o 1939. Taiwán podría ser un nuevo caso.
¿En qué países se podría desatar la Tercera Guerra Mundial?
Richard Overy, historiador y autor del libro ¿Por qué la guerra?, describió un escenario hipotético sobre la Tercera Guerra Mundial. El gobierno de Irán anuncia la posesión de una bomba nuclear y lanza una amenaza directa contra Israel. Ante este escenario, Estados Unidos responde con una advertencia de intervención militar, evocando sus acciones en Irak en las décadas pasadas. Irán, por su parte, niega aceptar una nueva Guerra del Golfo y activa su movilización nacional.
A medida que Washington refuerza su despliegue, con el respaldo del Reino Unido, Rusia, China y Corea del Norte se alinean con Teherán (Irán). La tensión escala hasta que ambos bloques se enfrentan en un punto sin retorno. La propuesta nuclear fracasa: los líderes apuestan a un primer golpe, y la Tercera Guerra Mundial estalla con un intercambio de misiles atómicos. El resultado es devastador.
Un segundo escenario imagina una crisis en el estrecho de Taiwán. La frustración de Pekín por la situación de la isla autónoma desemboca en la preparación de una invasión. Estados Unidos, en medio de una crisis política interna, reacciona con incertidumbre. Japón duda sobre su papel.
Las Naciones Unidas condenan la agresión, pero China desoye las críticas y lanza la ofensiva. La esperanza de una victoria rápida se impone como estrategia. Sin embargo, USA activa sus planes de defensa para Taiwán. Ambas potencias usan armas nucleares tácticas. Por su parte, Corea del Norte y Rusia apoyan a China.
El ataque no se expande a una guerra nuclear global, pero Europa recibe una advertencia clara: mantenerse al margen. El conflicto recuerda los errores de las guerras pasadas, con Occidente dividido y enfrentado en dos frentes.
Para Richard Overy, anticipar guerras futuras, más que una predicción certera, es una construcción cargada de temores y especulaciones. La presencia de armas nucleares transformaron el concepto de conflicto global. Sin embargo, los ejércitos del mundo siguen elaborando planes para contingencias improbables.
¿Cómo será la guerra del futuro?
La guerra del futuro no será distinta en su origen: una mezcla de temores, intereses y ambiciones. Aunque la paz parezca lo más racional, nunca fue suficiente por sí sola para frenar el impulso bélico.
La persistencia de la guerra como fenómeno humano parece inquebrantable, según advierte el historiador. Saber por qué se lucha no es suficiente para dejar de hacerlo. Ese, tal vez, sea el dilema más antiguo y más trágico de la historia.
















