Descubrimiento millonario | Hallan un soñado botín de oro con joyas y gemas preciosas pérdidas en un cueva de 1.800 años
Arqueólogos hallaron en una cueva funeraria en Jerusalén joyas, gemas y oro fino y revelaron quién podría haberlas portado.
Si de algo estamos seguros, luego de que somos finitos, es que, así como existe el bien existe el mal y esto está claro desde que el mundo es mundo. Una reciente investigación arqueológica llevó a los expertos a un descubrimiento de alto impacto que dejó a los arqueólogos con la piel de gallina.
Arqueólogos que han venido trabajando por décadas en la excavación y hallazgo de reliquias arqueológicas en Israel, se toparon con un féretro o ataúd de plomo que contenía joyas antiguas que datan de la época del Imperio Romano.
Uno de los datos a destacar del hallazgo, es que se trataban de joyas que usaban niñas de la época para protegerse contra la brujería, el mal de ojo y demás hechizos de magia negra.
Las joyas descubiertas en el féretro de plomo
El descubrimiento del ataúd se dio en el Monte Scopus y allí se conservaban las joyas, entre las cuales se descubrieron aretes de oro, horquillas, colgantes de oro, cuentas de cornalina, vidrios, entre otros.
Según la la Autoridad de Antigüedades de Israel, IAA, por sus siglas en inglés, estas joyas fueron descubiertas en 1971 en un proyecto de excavación que fue llevado a cabo por la arqueóloga Yael Adler, que falleció antes de ver la exhibición.
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Los símbolos que estaban grabados en las joyas
Los investigadores Dr. Ayelet Dayan, Ayelet Gruber y Dr. Yuval Baruch de la IAA consideran este hallazgo como algo muy valioso en el marco del "Proyecto de publicación de excavaciones pasadas", que tiene como fin hallar tesoros de la antigüedad.
Los arqueólogos informaron que entre los símbolos de que tenían las joyas estaban: "La Luna, la diosa romana de la luna", y destacó que estas joyas "también acompañaron a las niñas en vida, y después de su muerte, fueron enterradas con ellos para continuar protegiéndose en el más allá".
Un descubrimiento que conmueve a la comunidad científica
En 1975, el Prof. Vassilios Tzaferis descubrió en el Monte de los Olivos el entierro de una niña con joyas de oro, incluidas una cadena con colgante de lúnula y aretes, típicas de los entierros romanos.
Esto sugiere que en la Jerusalén tardorromana, rebautizada como Aelia Capitolina, convivían personas de distintas regiones del Imperio, trayendo consigo sus creencias, incluyendo el culto a la diosa Luna.
Según Eli Escusido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel, el hallazgo es conmovedor, ya que refleja el deseo universal de proteger a los hijos en la muerte, un gesto profundamente humano que trasciende culturas y épocas.
"Se trata de una situación muy humana y todos podemos identificarnos con la necesidad de proteger a la propia descendencia, sea cual sea la cultura o la época", afirma Escusido.
La publicación y exhibición de las hojas
Si bien el hallazgo se dio en la década del 70, solo 52 años más tarde, en el 48 Congreso Arqueológico, las joyas que usaban en la antigüedad para proteger a las niñas contra la brujería, fueron exhibidas por primera vez al público.