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La Familia Real Británica se encuentra nuevamente en el centro de la controversia tras la publicación de un comunicado urgente emitido por el Palacio de Buckingham.

Esta vez, el escándalo responde a declaraciones realizadas por Dominic Hampshire, antiguo asesor del Duque de York, quien afirma que el monarca británico conocía la existencia del fondo de inversión vinculado a un presunto espía de China.

Estas acusaciones han desatado una crisis que amenaza con desestabilizar los cimientos de la institución monárquica en un momento ya complicado para la Corona.

La acusación que sacude a la Corona Británica

Según el testimonio escrito de Dominic Hampshire, tanto el Rey Carlos III como el Príncipe Andrés participaron en reuniones donde se discutió el Fondo Eurasia, aparentemente vinculado a un espía chino identificado bajo el nombre en clave "H6".

Hampshire asegura: "He tenido dos reuniones con el Duque y el Rey para discutir qué puede hacer el Duque en el futuro que sea aceptable para el Rey. También es relevante señalar que, entre otros temas, se discutió el Fondo Eurasia y Aidan Heavey en ambas ocasiones".

El exasesor añade que se tomaron medidas específicas para mantener estas reuniones en secreto, lo que generó dudas sobre las intenciones detrás de estos encuentros.

Estas declaraciones contradicen directamente la postura oficial de la Casa Real, que había mostrado al Rey Carlos III como ajeno a cualquier vínculo con el presunto espía.

La defensa del Palacio de Buckingham

Ante el escándalo, fuentes oficiales del Palacio de Buckingham no tardaron en pronunciarse para defender la imagen del monarca.

El comunicado emitido de urgencia sostiene: "Si bien el Rey se reunió con el Duque y su asesor para escuchar propuestas de financiamiento independiente durante el último año, la persona conocida como H6 no fue mencionada en ningún momento ni de ninguna manera como parte de estas discusiones".

Esta versión contrasta notablemente con las informaciones previas que apuntaban a un profundo malestar del Rey Carlos III con su hermano precisamente por sus vínculos con el presunto espía chino.

Según la prensa británica, el distanciamiento entre ambos hermanos habría llegado al punto de excluir al Príncipe Andrés de las celebraciones navideñas familiares.

Las consecuencias para la seguridad nacional

El caso despertó preocupaciones sobre la seguridad nacional británica. Según los medios locales, el espía chino conocido como "H6" no solo mantuvo una estrecha amistad con el Príncipe Andrés durante aproximadamente diez años, sino que también fue invitado a tres palacios reales diferentes.

La gravedad de la situación llevó a las autoridades británicas a expulsar al presunto espía del país y prohibirle el reingreso por razones de seguridad nacional.

Además, se filtró que el Príncipe Andrés podría haber compartido información sensible con esta persona, incluyendo números de teléfono, direcciones y fechas de reuniones importantes, lo que ha obligado a sus asesores a reunirse de emergencia.

Este nuevo escándalo llega en un momento particularmente delicado para la monarquía británica, que aún enfrenta las consecuencias de la demanda por acoso que pesa sobre el Príncipe Harry y los problemas de salud que aquejan a Carlos III.