

Crítico a las políticas de austeridad adoptadas en todo el mundo, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz afirmó ayer en San Pablo que la crisis económica brasileña puede agravarse con el ajuste fiscal que lleva adelante la presidenta Dilma Rousseff, al tiempo que consideró que la prioridad del gobierno debería ser bajar la inflación, y como consencuencia las tasas de interés, que afetan a las inversiones. También consideró "preocupante" la posibilidad de que haya un recorte de los planes sociales, algo que por el momento tanto Rousseff como su ministro de Economía, Joaquim Levy, han rechazado.
El ajuste fiscal "probablemente no ayudará" a solucionar la crisis brasileña "porque el país ya está atravesando una recesión y la austeridad va a empeorar ese cuadro", declaró Stiglitz en una entrevista con el diario brasileño Folha de Sao Paulo, ciudad en la que se encuentra para disertar en el ciclo de confererencias Fronteras del Pensamiento.
"Lo que más me preocupa es que la recesión no solamente influye en el resultado de la economía hoy en día sino que tiende a influir en un crecimiento débil en el futuro", añadió el economista norteamericano. "Si Brasil consiguiese bajar la inflación, sería posible tener una tasa de interés más baja y eso permitiría crecer más rápido", agregó.
Stiglitz consideró también que, dada las peculiaridades del proceso inflacionario y tasas, Brasil "puede requerir una cooperación mayor entre trabajadores y empresas, algunos acuerdos de congelamiento de precios y salarios, para quebrar el ciclo inflacionario".
Sin mencionarlo, Stiglitz hizo alusión a la reciente propuesta del relator del proyecto de Presupuesto para 2016, Ricardo Barros (PP-PR) de recortar los fondos destinados al programa Bolsa Familia por la crisis y la necesidad de alcanzar el superávit primario.
"Considero particularmente preocupante la posibilidad de recortar los recursos para planes sociales en medio de una recesión. Una de las conquistas de Brasil de las que se habla en todo el mundo es el éxito de sus programas para reducir la pobreza y la desigualdad", apuntó.
No obstante, esa posibilidad volvió ayer a ser descartada por Rousseff. Durante la apertura de la Conferencia de Seguridad Alimentaria y Nutricional, la mandataria afirmó que "el país pasa por un momento de reorganización de la economía, pero "el Bolsa Familia se continúa pagando puntualmente". "Garantizo que el programa no será reducido", añadió. También acotó que van a tomar medidas para acortar el período de ajuste, aunque no dio más detalles. Antes, Dilma había encabezado una reunión de gabinete para tratar la agenda económica.
Por su parte, nuevamente desmarcándose de la presidenta, el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, dijo ayer a periodistas que no quería hacer "recortes indiscriminados, pero tenemos que reevaluar los programas" del Presupuesto 2015. Citó el auxilio salarial, pensiones y seguro de desempleo como los que necesitan dotarse de una mayor eficiencia. Según él, este análisis es necesario para dar un "horizonte al gasto y centrarse en la eficiencia fiscal".













