

El activista australiano de 47 años y fundador de WikiLeaks, Julian Assange, fue detenido por la policía británica tras ser despojado del asilo y la nacionalidad por Ecuador, en cuya embajada llevaba refugiado siete años. Ahora enfrenta una petición de extradición para ser juzgado en EE.UU.
Delgado y desaliñado, con larga barba blanca fue sacado a rastras por seis agentes ingleses. El permiso fue otorgado por el embajador ecuatoriano Jaime Marchán en el Reino Unido.
Se lo acusa de difundir miles de dociumentos secretos del ejército y el gobierno estadounidense a través de la plataforma WikiLeaks que creó.
Desde la diplomacia de Estados Unidos se venía advirtiendo que en breve sería expulsado de la embajada porque el presidente de Ecuador Lenin Moreno ya no quería refugiarlo.
Tras su detención, el Departamento de Justicia estadounidense anunció que pidió su extradición para juzgarlo por "conspiración para cometer intrusión informática" por haber ayudado a la ex analista de inteligencia Chelsea Manning a obtener una contraseña con que acceder a miles de documentos de defensa confidenciales, y luego divulgarlos.
Pese a que Assange y sus defensores temen que pueda ser condenado a la pena de muerte en Estados Unidos por traición o divulgación de secretos, Washington aseguró que solo afronta hasta cinco años de cárcel.
Su equipo legal "impugnará y luchará" contra la extradición a Estados Unidos, dijo su abogada británica, Jennifer Robison, expresando preocupación por su frágil estado de salud. Mientras el redactor jefe de WikiLeaks, Kristinn Hrafnsson, aseguraba que Assange solo es culpable de "conspiración para cometer periodismo".
Las autoridades británicas lo requerían desde hace años por violación de su libertad condicional cuando el 19 de junio 2012 entró en la embajada ecuatoriana para escapar a una extradición a Suecia por acusaciones de presuntos delitos sexuales que acabaron siendo archivadas.
El experto afirmó que las acusaciones presentadas en Suecia no eran más que un plan de Estados Unidos para lograr extraditarlo. Y el entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, aceptó este argumento y le otorgó el asilo diplomático en agosto de 2012.
El actual presidente ecuatoriano Lenín Moreno, ex aliado de Correa, revisó prácticamente todas las políticas de su antecesor, incluido este asilo diplomático "por violar reiteradamente convenciones internacionales y protocolo de convivencia".
Sus relaciones con Assange, al que acusa de injerirse en los asuntos internos de Ecuador y de otros países desde la legación, eran cada vez más tensas.
Según dos cartas difundidas por WikiLeaks a la prensa, el embajador había advertido a Assange de su comportamiento el 4 y el 20 de febrero por interferir el funcionamiento de cámaras de seguridad.
Pero lo que podría haberle costado el asilo es la sospecha de Quito de que WikiLeaks pirateó las comunicaciones de Moreno y las de su familia para filtrar fotos, videos y conversaciones privadas, que dieron munición a sus opositores entre acusaciones de corrupción que Moreno niega.














