Robert Mugabe renunció hoy como presidente de Zimbabue, poco después de que el Parlamento comenzara un proceso de destitución para poner fin a sus 37 años en el poder.

Mugabe, de 93 años, se aferró al cargo pese a que el Ejército tomó el poder la semana pasada y a su expulsión del partido ZANU-PF, que también le pidió que abandonara el poder.

Las celebraciones estallaron en una sesión parlamentaria en la que el líder legislativo Jacob Mudenda anunció la renuncia de Mugabe y suspendió el procedimiento de su destitución.

El anuncio fue festejado en las calles de la capital con un concierto de bocinazos y gritos de alegría.

El origen de la repentina caída de Mugabe reside en la rivalidad entre miembros de la elite gobernante del país sobre quién lo sucedería, sumado a las protestas populares en su contra.

El Ejército tomó el poder debido a que Mugabe despidió a Mnangagwa como vicepresidente para allanar el camino al poder a su esposa Grace, de 52 años y muy impopular entre muchos zimbabuenses.

El sábado, cientos de miles de personas salieron a las calles de Harare para celebrar la inminente caída de Mugabe, acusado por sus críticos de retener el poder a través del terror, de manipular elecciones y de hacer colapsar la economía.