

Con pocos votos contados en un lento escrutinio y sólo según sondeos a boca de urna, el Partido Conservador de Theresa May aparecía al cierre de esta edición como ganador de las elecciones generales anticipadas en Gran Bretaña. Sin embargo, perdía la mayoría absoluta en el Parlamento lo que dificultaría a la primera ministro formar gobierno y asegurarse incluso su continuidad (según especulaban analistas ingleses) y la salida de la Unión Europea. Según las cadenas BBC, ITV y Skym obtenía 314 escaños sobre 650 bancas.
La encuesta difundida en el Reino Unido otorgó a los laboristas de Jeremy Corbyn 266 escaños, al Partido Nacionalista Escocés (SNP) 34 bancas y a los liberaldemócratas 14.
Según el conteo oficial, los laboristas pintaban el mapa de rojo en el norte mientras el sur quedaba para May.
Para obtener la mayoría absoluta y lograr ser electa como primera ministra, la conservadora necesita 326 votos en la Cámara de los Comunes, propios o con aliados.
Una minoría dirigida por el Partido Laborista o la "coalición del caos", como May la definió, podría llegar a elegir al próximo primer ministro, si se confirma la posibilidad de que las otras tres formaciones superen los 314 escaños.
El revés de May puede debilitarla y obligarla a pactar para formar gobierno o negociar acuerdos puntuales, cuando lo que pretendía, al adelantar las elecciones, era afrontar las negociaciones con la Unión Europea con un Parlamento dócil.
Los analistas destacan que este resultado estaría indicando que Theresa May falló al apostar al Brexit en la campaña y en su objetivo de reforzar su posición parlamentaria para imponer un acuerdo duro de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Casi 47 millones de británicos estaban inscriptos para votar, en más de 40.000 centros de votación en todo el Reino Unido. La libra esterlina cayó ayer cerca de un 2% con respecto al dólar estadounidense tras conocerse los sondeos, informó la cadena BBC.
Para sorpresa de los analistas, el Brexit, que se suponía iba a dominar la campaña, jugó un rol marginal. Tanto los conservadores como los laboristas anunciaron que seguirán adelante con el divorcio de la UE para luego buscar una posible relación más estrecha con el bloque, pero ninguno de los dos partidos detalló lo lograría.
Aunque al inicio de la campaña las encuestas le daban a May un 25% de ventaja, pronto se hizo evidente que el mensaje antiajuste de Corbyn caló hondo entre los votantes, especialmente los jóvenes. El líder laborista presentó con éxito los comicios como una opción entre dos visiones de la sociedad, prometiendo gobernar "para todos, no para unos pocos".
Un de los talón de Aquiles de la campaña de Theresa May fue el llamado por los críticos "impuesto a la demencia", que proponía dejar que los jubilados asuman una porción mayor de los costos de su asistencia a largo plazo. Aunque May dio marcha atrás, la debilitó.
Otro elemento exógeno a las aspiraciones originales de la convocatoria, fue el de los atentados, que cambiaron la dinámica de la campaña y transformaron el tema de la seguridad y la política exterior en las discusiones centrales, rememorando el paso como Ministra del interior de la conservadora.













