El gobierno de Irán reconoció que el avión de la aerolínea internacional ucraniana (UIA, según su sigla en inglés) que cayó el miércoles poco después de despegar de Teherán provocando la muerte de las 176 personas que iban a bordo fue derribado por "por un error humano".

El reconocimiento llegó del propio presidente de Irán, Hassan Rouani, y su canciller, Javad Zarif, luego de que tanto el presidente estadounidense, Donald Trump, como el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, acusaran al régimen de Teherán de haber derribado el vuelo comercial.

"La investigación interna de las Fuerzas Armadas ha concluido que, lamentablemente, los misiles disparados debido a un error humano causaron el horrible accidente del avión ucraniano y la muerte de 176 personas inocentes. Las investigaciones continúan identificando y procesando esta gran tragedia y error imperdonable", escribió Rouani en Twitter.

"La República Islámica del Irán lamenta profundamente este desastroso error. Mis pensamientos y oraciones van a todas las familias de duelo. Les ofrezco mis más sinceras condolencias", añadió.

Minutos antes, también había reconocido el "error" el canciller del régimen. "Un día triste. Conclusiones preliminares de la investigación interna de las Fuerzas Armadas: un error humano en un momento de crisis causado por el aventurerismo de los Estados Unidos condujo al desastre. Nuestro profundo arrepentimiento, disculpas y condolencias a nuestra gente, a las familias de todas las víctimas y a otras naciones afectadas", escribió el ministro en Twitter.

El Boeing 737 de UIA partió aeropuerto internacional iraní Imán Jomeini con destino a Kiev con 167 pasajeros y nueve miembros de la tripulación. Salió con una hora de retraso, y poco de despegar se precipitó al suelo.

En un primer momento, la tragedia fue atribuida a problemas técnicos. Pero con el correr de las horas se incrementaron las sospechas de que había sido derribado por el régimen iraní, que pocas horas antes había disparado decenas de misiles contra las bases estadopunidenses en Irak de Al Assad y Erbil, en una operación de "venganza" por el asesinato, en una operación estadounidense, del general Qassem Soleimani, jefe de las fuerzas Quds.

Los fallecidos por el ataque iraní fueron 82 iraníes, 63 canadienses, 11 ucranianos, 10 suecos, cuatro afganos, tres alemanes y tres británicos, según había informado el canciller ucraniano Vadym Prystaiko.

Hasta el viernes, Irán negaba las acusaciones y rechazaba cualquier sospecha en su contra. "Científicamente es imposible que un misil haya impactado al avión ucraniano, esos rumores son ilógicos", afirmaba el jefe de la aviación civil iraní, Ali Abedzadeh, según la agencia ISNA.