

Rusia y Ucrania están en pie de guerra, la tensión se incrementa minuto a minuto y el Kremlin está dispuesto a desplegar todas las armas a su favor para ganar el conflicto. ¿Cuál es el trasfondo del enfrentamiento?
Moscú, indignado con el nuevo gobierno proeuropeo de Ucrania, advirtió a Kiev que podría perder el descuento que actualmente obtiene de Gazprom, la estatal petrolera rusa, debido a la actual deuda de Kiev sobre el gas. Por lo tanto, mientras aumenta la preocupación por el suministro de gas después de que Putin consiguiera una aprobación parlamentaria para invadir Ucrania, los analistas dicen que Kiev está tratando de importar tanto gas como sea posible con los precios más bajos.
En este contexto, Ucrania se encuentra entre la espada y la pared, dado que depende fundamentalmente de sus importaciones de gas de Rusia y, en los últimos años, esto ha supuesto una moneda de cambio entre ambos países. Moscú, a través de la compañía Grazprom, lo ha utilizado para forzar acuerdos políticos favorables. Y, cuando no lo lograba, bloqueaba el suministro hasta causar crisis energéticas en el resto de Europa en 2006 y 2009.
Algo que se explica no solo porque, un 60% del gas que consumen los ciudadanos y la industria pesada de Ucrania proviene de Rusia, sino porque la Unión Europea importa un 30% también de Rusia. Y, la mitad, pasa por tierras ucranianas a pesar de que ahora haya otros gaseoductos alternativos. Desde allí el gas llega a países como Austria, Alemania, Francia, Italia, Hungría, Polonia, Rumania, Grecia, Turquía y Macedonia, entre otros.

De esta manera, la forma con la que Moscú presiona, cuando le conviene, a Ucrania, es imponiéndole unos precios más caros en el gas. Como premio al acercamiento económico a Rusia y no a la Unión Europea del presidente depuesto Víktor Yanukóvich, a finales del año pasado Rusia aceptó cobrar de forma escalonada la deuda de 2.500 millones de euros de la compañía ucraniana Naftogaz y prometió rebajar los precios un 30 %. Algo que ahora está en el aire.
En tanto, Putin ha desplegado 150.000 hombres en la frontera con Ucrania. Incluso, hay reportes que indican que en Crimea les han abierto las puertas y parte de sus soldados ya han tomado puntos clave de sus 26.100 km cuadrados de territorio.
Crimea, centro del enfrentamiento
Desde que se inició el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, el cual ya dejó un centenar de muertos, surgió un lugar en el centro de la escena: Crimea. ¿Qué tiene de importante este lugar?
Cuando Ucrania llevó adelante un referéndum de independencia de Rusia en 1991, Crimea decidió sumarse al flamante país como república autónoma. Esto significa que, aunque forma parte del territorio soberano de Ucrania, se autogobierna, tiene su propia constitución, legislatura y presidente.
En Crimea casi el 60% de los habitantes de la península son rusoparlantes y tienen fuertes lazos con Moscú. Muchos quieren su independencia de Ucrania y otros anexarse a Rusia como en los viejos tiempos.

La Flota del Mar Negro
En la costa sur de Crimea se encuentra la ciudad portuaria de Sebastopol, sede de la Flota rusa del Mar Negro y sus miles de miembros de la fuerza naval. Rusia mantuvo su mitad de la flota soviética, pero se molestó cuando en 2009 el pro-occidental presidente ucraniano Viktor Yuschenko advirtió que tendría que abandonar el puerto clave en 2017. Poco después, cuando el político pro-ruso Viktor Yanukovych fue elegido presidente en 2010, acordó extender el arriendo a los rusos hasta 2042. Rusia teme que el nuevo gobierno ucraniano pro-occidental pudiera desalojarla.
Los Tártaros
La caída de la Unión Soviética en 1991 trajo además el regreso de los tártaros de Crimea, nativos de la tierra que tomó Rusia bajo Catalina la Grande en el Siglo XVIII. Ellos fueron deportados con brutalidad en 1944 bajo el régimen de Stalin. Los tártaros de Crimea, quienes ahora representan aproximadamente 12% de la población, participaron en Kiev junto a los manifestantes que echaron del poder a Yanukovych.












