Aunque Rusia mantiene los bombardeos sobre varias ciudades de Ucrania -hoy murieron una mujer y su bebé, cuya foto se había vuelto viral tras el ataque a una maternidad en Mariúpol-, la agenda diplomática continúa en medio de los esfuerzos para terminar con la guerra.
Las delegaciones rusas y ucranianas se reunieron por cuarta vez para conversar sobre "paz, alto al fuego, la inmediata retirada de las tropas y garantías de seguridad", según el asesor del presidente ucraniano, Mykhailo Polodyak. Tras un lapso, sin embargo, las negociaciones fueron suspendidas para una "pausa técnica", y volverán a ser retomadas mañana.
Ucrania ha dado señales de querer una solución diplomática, siempre que Rusiaretire las tropas de su territorio. "La comunicación se mantiene, pero es difícil", tuiteó Podolyak, que el domingo había dado algunas esperanzas de avance al decir que Rusia estaba empezando a hablar "constructivamente".
Por otra parte, en Roma se reunieron el asesor de seguridad nacional de Joe Biden, Jake Sullivan y Yang Jiechi, el principal diplomático del Politburo del Partido Comunista chino.
Es el primer encuentro presencial entre dos altos funcionarios de esos países, desde que Vladimir Putin lanzó la invasión. La reunión -que duró alrededor de seis horas y fue descrita como una "discusión sustancial" por parte de los norteamericanos- se dio luego de que trascendiera que Rusia le había pedido ayuda militar a China, según reportó Financial Times citando a funcionarios estadounidenses.
Rusia y China descartaron la información como fake news. EE.UU. le advirtió a sus aliados en Europa y Asia que China habría dado señales de voluntad para ayudar a los rusos, aunque no había indicios sobre si efectivamente lo habían hecho o si pensaba hacerlo eventualmente.
La Casa Blanca está preocupada por la alianza entre China y Rusia. Washington le advirtió a Beijing que habría consecuencias si ayudaba a Rusia a eludir las sanciones económicas, según le dijo Sullivan a CNN, antes de su encuentro con Yang.
El gobierno norteamericano ha tratado de convencer a Beijing de que utilice su influencia en Moscú y ayude a terminar la guerra, que ya ha entrado en su tercera semana. Los principales asesores de Biden también han presionado a China para que aplique las sanciones económicas sobre el país. Hasta ahora, China se ha negado a hacerlo, aunque dijo que estaba preocupada por los ataques a civiles.
Este miércoles, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, hablará ante el Congreso de EE.UU. -un hecho con pocos antecedentes- para pedir más ayuda.
Es probable que Zelensky insista con su reclamo para establecer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, algo que los estadounidenses, Europa y la OTAN rechazan fuertemente ya que creen que aumentaría el riesgo de escalada. Una zona de exclusión implicaría que los países se comprometan a patrullar e incluso derribar aviones rusos en determinadas zonas.
No obstante, es posible que Zelensky logre otro de sus objetivos. Polonia le ofreció a Ucrania enviar sus jets MiG-29 (aviones de guerra de la era soviética que los ucranianos saben manejar) para ayudar a repeler el ataque ruso. A cambio, le pidió a EE.UU. que se comprometa a reemplazar esos aviones con los más modernos F-16. Hasta ahora Washington lo ha rechazado, pero la idea está calando en el Congreso norteamericano.
La semana pasada, los legisladores aprobaron un proyecto para liberar u$s 3,5 mil millones para "reponer los stocks de equipos estadounidenses enviados a Ucrania". Se espera que eso incluya nuevos envíos de morteros de 105 mm y más armas antiblindaje y antiaéreas Javelin y Stinger, según personas familiarizadas con el asunto.
La Casa Blanca también está evaluando un viaje del presidente Biden a Europa, en el contexto de la guerra. Aunque todavía no se ha informado cuándo sería el viaje ni los países que incluiría, el objetivo sería ratificar el respaldo de los EE.UU. a sus aliados de la OTAN, especialmente los que están al este.