ENVIADO ESPECIAL

El balotaje entre Lula y Bolsonaro se define voto a voto y con denuncias cruzadas

En la cuenta regresiva, nadie está tranquilo en San Pablo, la capital de uno de los estados que puede definir este duelo entre Lula y Bolsonaro. Las últimas encuestas dan ganador al líder del PT pero hay varios factores que siembran nerviosismo

En la cuenta regresiva para la definición de las elecciones en Brasil entre Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, nadie está tranquilo en San Pablo, la capital de uno de los estados que puede definir este ballottage. Las últimas encuestas dan ganador al líder del Partido de los Trabajadores, pero son varios los factores que siembran nerviosismo en sus filas: cómo marchará el conteo de votos por regiones y cuándo puede revertir eventualmente el resultado y las denuncias sobre el uso político de las fuerzas de seguridad en la jornada de hoy en beneficio del Presidente que desembocó en la intervención de la Justicia electoral.

Luego de sembrar dudas contra la transparencia del sistema electoral, Bolsonaro terminó por admitir en las últimas horas que resultará ganador quien obtenga más votos, en lo que muchos interpretaron como un aval tácito al sistema. Lo cierto es que el Presidente se encuentra, en esta instancia, en la disyuntiva de que aún hay algunas gobernaciones claves en disputa que se dirimen por el mismo mecanismo electrónico. San Pablo es una de ellas, con la candidatura de Tarcisio Gómes, su exministro de Infraestructura, con grandes chances de ganar.

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En la primera vuelta electoral, el conteo inició con una amplia diferencia de votos a favor de Bolsonaro, de 41,5% a 48,7%, porque los primeros sufragios que se computan suelen ser los del sur que favorecieron al actual Presidente. Los votos del nordeste, las regiones que acompañan históricamente a Lula, se computaron más tarde y aunque las curvas fueron achicando su distancia permanentemente, no fue hasta casi las 20, con poco menos del 70% de los votos, que se cruzaron y se revirtió el conteo. Lula terminó venciendo por 48% contra 43%.

En esta elección, el primer resultado nacional arrojó un 55% a 44% en favor de Bolsonaro. Las últimas encuestas dan el resultado opuesto: Datafolha da vencedor a Lula con un 52%; IPEC, con un 54% y Atlas, con un 53,4%. De todos modos, hay dos factores que pueden alterar esos resultados: la abstención/ ausencia y el "voto vergonzoso" que no se expresa a viva voz, pero está allí latente y favoreció a Bolsonaro en la primera vuelta.  

Los rumores hablaban de una definición que podría estirarse hasta que se compute por encima del 80% de los votos. Pero la marcha del recuento, a las 18, está achicando significativamente la diferencia y antes de lo previsto. La pregunta es cuánto tiempo respetarán los candidatos en juego el escrutinio antes de declararse uno de ellos vencedor y si el otro va a reconocer entonces su derrota o no.

En un escenario que se caracterizó por la polarización y la siembra permanente de dudas en torno a la transparencia, un resultado adverso puede ser difícil de digerir para cualquier de los dos. Y sobre todo sus seguidores.

Si eso no fuera suficiente, desde el PT denunciaron el accionar de la Policía en el nordeste del país por entender que sus operaciones en el marco de las elecciones tenían una triple finalidad: alterar el orden social, demorar los accesos a los centros de votación que permanecían habilitados hasta las 17 y desalentar que la población más pobre de estos lugares, que suele favorecer a Lula, asista a votar.

"Esta operación de la PRF fue criminal. Concentrada en el NE. Estamos pidiendo la prórroga de la votación en más de 500 lugares en los que sucedieron estas operaciones. Priorizando la región del Nordeste. La elección se gana con los votos y no con un golpe o con un crimen", tuiteó en las primeras horas de la tarde Gleisi Hoffmann, la presidenta del PT.

Desde el PT denunciaron el accionar de la Policía en el nordeste del país por entender que sus operaciones tenían una triple finalidad: alterar el orden social, demorar los accesos a los centros de votación y desalentar a la población


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Dentro de la propia fuerza de Lula había posiciones encontradas respecto a conveniencia de difundir estas informaciones por temor a generar el efecto contrario y desalentar s sus propios votantes. De lo que no tienen dudas es de destacar que hay obstáculos que se están sembrando, a su entender, desde el mal uso de las fuerzas del Estado. Y lo vincularon al pronunciamiento público que el jefe de la PRF había hecho en favor del actual mandatario, de quien depende la institución.

Durante el sábado a la noche, Silvinei Vasques, titular de la PRF, se manifestó a favor de Bolsonaro en una publicación en su cuenta personal de Instagram que fue borrada el domingo. El uniformado pedía "vota 22, presidente de Bolsonaro" junto a una bandera de Brasil, acorde a las capturas de pantalla que trascendieron. El diputado del PT Paulo Teixeira lo denunció ante la Justicia por hacer un uso electoral de las fuerzas de seguridad para beneficiar al actual Presidente.

Desde el Tribunal Superior Electoral, De Moraes, ordenó a la PRF que suspenda las operaciones en las rutas aunque no concedió el pedido de extensión del horario de votación tal como solicitaba el PT. Alegó que se trató solo de un "atraso" y que los y las votantes pudieron llegar a tiempo a los centros electorales.

Acorde a fuentes que observaron el proceso electoral, en San Pablo no se denunciaron demoras semejantes. Las delegaciones llegadas de varios países, incluso de la Argentina, afirmaron que la votación transcurrió sin mayores inconvenientes. Sí hablaron de algunas pequeñas irregularidades que denunciaron algunas organizaciones de DD.HH. locales pero que no alteraron el funcionamiento de la jornada.

Lo que todos coincidieron es que primó la cautela en todo momento a raíz de los últimos episodios de violencia que ocurrieron durante la campaña. El último de ellos, sin ir más lejos, un día antes de la votación cuando una diputada bolsonarista persiguió con un arma a un militante del PT.

Los videos se difundieron en las redes sociales y el caso tomó estado público rápido porque ocurrió a apenas unas cuadras de donde se desarrollaba la caravana de cierre de Lula da Silva. La diputada alegó luego que había sido atacada y solo se estaba defendiendo, aunque las imágenes la comprometen.


El voto Lula y el voto Bolsonaro en San Pablo

En los centros de votación que visitó El Cronista en la capital paulista, el proceso transcurrió con absoluta normalidad. Junto a las filas para acceder a las máquinas, había una un poco menos extensa pero nutrida al fin para justificar la ausencia. "Es para quienes estamos en un lugar diferente a nuestro lugar legal de votación", explicó una joven que había completado y el formulario para depositar en la mesa correspondiente. Un afiche en la pared indicaba que disponen de hasta 60 días de tiempo para justificarse.

Por las calles de la capital paulista, las personas que desfilaban con símbolos partidarios -una remera roja o los stickers de sus candidatos- eran solo seguidores del Partido de los Trabajadores. Cada tanto, se escuchaba algún grito imponiéndose sobre el tráfico: "¡Es Lula!" No es que no hubiera bolsonarismo en la capital paulista aunque se sabe que el Presidente es fuerte, sobre todo, fuera de la urbe y su conurbano, donde manda el campo.

Así y todo, tiene sus adhesiones locales, que suelen ir más bien en silencio pero que está claro que votan también. Forman parte del fenómeno del "voto vergonzoso" y cruza a diversas generaciones. "En ninguno de los gobiernos de que entró la izquierda les mejoró la vida", comentó José, un conductor de Uber que no había ido a votar aún pero que estaba convencido de hacerlo por Bolsonaro. Protestaba contra "los brasileños a los que no les gusta trabajar" y describía a Lula como un "ladrão", al igual que otros sindicalistas, a su entender.

Mientras desfilaba por enfrente de su auto una pareja cantando el hit del momento entre los petistas: "Tá na hora do Jair já ir Embora" (Es la hora que Jair se vaya).

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