

El gobierno de Michel Temer no logró desactivar aún la movilización de los camioneros por los precios de los combustibles, por lo cual la huelga del sector avanza hoy en su octava jornada en Brasil, con el transporte paralizado y el país está progresivamente desabastecido de combustibles, alimentos e insumos hospitalarios.
A esto se le suma el anuncio de los sindicatos petroleros de que el miércoles iniciarán una huelga "de advertencia" de 72 horas.
Según la Federación Única de los Petroleros (FUP), los objetivos de la protesta incluyen "bajar los precios del gas de cocina y de los combustibles", evitar la privatización de la estatal Petrobras y exigir la renuncia del presidente de esa compañía estatal, Pedro Parente, quien, según el comunicado "con el aval del gobierno de Michel Temer, sumió al país en una crisis sin precedentes". Según la FUP, la actual política de reajuste de los derivados del petróleo hizo disparar los precios de los combustibles.
En cuanto a los camioneros, se pospuso hasta el próximo viernes un posible acuerdo luego de que el gobierno afirmara que no puede garantizar 60 días de congelamiento del precio del diésel, que era una demanda central, según indicó el gobernador de San Pablo, Márcio França. En el acuerdo inicial al que llegaron Gobierno y camioneros el jueves pasado, Petrobras amplió a 30 días su decisión de reducir el 10% en el valor del diésel en las refinerías y el Gobierno se comprometió a eliminar por lo que resta de 2018 los impuestos sobre ese combustible, que suponen casi 50% de lo que pagan los consumidores. El viernes, el presidente Michel Temer autorizó el despliegue de las fuerzas de seguridad, incluido el ejército, para despejar las rutas.
La situación continúa siendo crítica en algunos aeropuertos: en 14 de ellos escasea el queroseno. El de Brasilia recibió los primeros camiones-cisterna en la tarde del sábado, pero en la mañana del domingo ya habían sido anulados tres vuelos. La huelga de las petroleras estrecha el cerco sobre los aeropuertos, como el más grande de Brasil, el Internacional de Guarulhos (GRU), que hasta ahora recibía mediante ductos combustible directamente de las refinerías de la petrolera estatal. Si la medida entra en vigor, se alterarán sus vuelos al exterior.
Según datos del Ministerio de Seguridad Pública, 1200 hombres de las Fuerzas de seguridad, que reúnen miembros del Ejército y de la Policía, están distribuidos en 16 operativos en 11 estados del país.
A raíz de la falta de transporte para profesores y funcionarios en general, las clases en primarios, secundarios y universitarios se suspendieron en Río, Minas Gerais y Brasilia.














