Reino Unido expulsa a 23 diplomáticos rusos por el caso del espía envenenado

La primera ministra británica, Theresa May, expulsó a 23 diplomáticos rusos identificados como agentes de inteligencia no declarados y decidió la suspensión de contactos bilaterales con Rusia como represalia por el atentado contra un ex espía ruso, perpetrado en suelo inglés y con armas químicas, según denuncian desde suelo británico y que niegan rotundamente en Moscú.

"Rusia es culpable del atentado", dijo May tras cumplirse el ultimátum que Londres pidió a al gobierno de Vladimir Putin para dar explicaciones.

La suspensión de los contactos bilaterales de alto nivel, incluyen la visita prevista del ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov y toda representación diplomática británica al Mundial de fútbol Rusia 2018.

"No habrá asistencia de ministros ni de miembros de la familia real al Mundial de Rusia", afirmó.

May culpó al presidente ruso Vladimir Putin del deterioro de las relaciones.

La primera reacción rusa fue denunciar desde su embajada en Londres "un acto hostil totalmente inaceptable, injustificado y corto de miras". Rusia había advertido que no admitía las acusaciones "sin pruebas".

Las sanciones responden al intento de asesinato con un agente químico al ex coronel Serguéi Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, que se debaten entre la vida y la muerte diez días después del atentado en Salisbury.

La crisis podría agravarse tras la muerte de otro exiliado, Nikolai Glushkov, de 69 años, que fue hallado muerto en su domicilio en un suburbio de Londres.

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