

Un millón de personas marcharon en el inicio del Año Nuevo en Hong Kong, para protestar contra el dominio de Beijing y a favor de la democracia, confirmando que sigue vigente el movimiento popular que salió a la luz en junio pasado, en su momento para oponerse a un proyecto de extradición de sospechosos a China continental.
Esta vez, la policía no se anduvo con rodeos: a las tres horas de iniciadas las movilizaciones, ordenó disolverlas al argumentar que se habían producido algunos incidentes violentos, y arrestó a 400 personas.
La marcha más numerosa fue en el centro de Hong Kong, donde el Frente Civil para los Derechos Humanos, organizador de la protesta, aseguró que había más de un millón de personas, frente a la cifra de 50.000 personas que dio la policía, reportó South China Morning Post.
"En el primer día de 2020, la policía ha rechazado la primera concentración autorizada del año con una excusa absurda. El gobierno de Hong Kong ha demostrado su falta de voluntad de escuchar las voces de las masas, violando el derecho de reunión de los ciudadanos", denunció el Frente.

Como resultado, numerosos manifestantes se negaron a abandonar la zona, y la policía intervino con gas lacrimógeno y gas pimienta, y se produjeron graves disturbios. También se denunció el lanzamiento de al menos dos cócteles molotov que no alcanzaron a los agentes.
Siguiendo la táctica habitual, los manifestantes se retiraron ante el avance policial y después se reagruparon y se produjeron enfrentamientos con los antidisturbios, que cargaron desde dos direcciones. También hubo ataques vandálicos contra establecimientos en la zona.














