La parte observable del cosmos abarca aproximadamente 90,000,000,000 años luz y contiene alrededor de 100 mil millones de galaxias, con una cantidad similar de estrellas en cada una. De esta manera, surge el interrogante de si estamos solos o no en el universo.

La paradoja de Fermi aborda esta cuestión y plantea una aparente contradicción entre la probabilidad de que existan civilizaciones extraterrestres y la falta de evidencia concluyente.

¿Cómo surgió la paradoja de Fermi?

La paradoja de Fermi se origina de la aparente contradicción entre las altas probabilidades de que existan otras civilizaciones inteligentes en el universo observable y la ausencia de evidencia de su presencia.

Durante un encuentro informal en 1950, el físico Enrico Fermi planteó la posibilidad de la existencia de seres extraterrestres en nuestra galaxia. Su planteamiento se basó en los siguientes datos:

  • Tenemos unos cien mil millones de estrellas en nuestra galaxia. Muchas de ellas serán similares a nuestro Sol y muchas de estas serán mucho más viejas que nuestra estrella.
  • Seguro que algunas de esas estrellas tienen planetas que pueden soportar vida.
  • En muchos de esos planetas con vida se darán las circunstancias y características de estabilidad que hayan permitido el desarrollo de vida inteligente.
  • Algunas de esas civilizaciones habrán sobrevivido en el tiempo y habrán avanzado tecnológicamente tanto como para afrontar viajes espaciales.
  • Aunque no se puedan mover a la velocidad de la luz ni superior, han tenido el tiempo suficiente de llegar a la Tierra.

¿Cómo se soluciona la paradoja de Fermi?

Si los puntos planteados por Fermi son correctos, deberíamos haber tenido evidencia inequívoca de la existencia de vida extraterrestre. Sin embargo, dado que no es el caso, planteó abiertamente la pregunta: "¿Dónde está todo el mundo?".

En la actualidad, el problema se plantea en un sentido más amplio. La verdadera cuestión no radica en si nos visitaron o no, sino si seremos capaces de establecer contacto en caso de que existan.

La paradoja de Fermi generó posibles soluciones, pero aún queda mucho por aprender. Algunas de ellas son:

  • Haber sobreestimado la prevalencia de vida inteligente en el universo;
  • Que la vida inteligente este en un estado de hibernación;
  • Que sea demasiado pronto para detectar otras civilizaciones.

Una de las propuestas ampliamente aceptadas es la formulada por Jacob Haqq-Misra y Seth Baum de la Universidad Estatal de Pensilvania. Estos investigadores sugieren que la clave de la problemática está en el supuesto erróneo de que una civilización puede colonizar el universo de manera exponencial.

Según afirman, el agotamiento de los recursos impondría límites al desarrollo, lo que implica que no podría haber un crecimiento exponencial indefinido.

A diferencia de Fermi, quien creía que las civilizaciones se autodestruirían con armas, estos científicos argumentan que la paradoja se debe a que las civilizaciones están limitadas por recursos finitos. Esto resultaría en un crecimiento más lento y, por lo tanto, las civilizaciones no se encontrarían entre sí en tiempo y espacio.