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Tras la muerte del papa Francisco el pasado Lunes de Pascua (21 de abril de 2025), los católicos de todo el mundo iniciaron un proceso de duelo, pero también de reflexión sobre el futuro de la Iglesia.
En África, donde el catolicismo creció con fuerza en las últimas décadas, surgió con entusiasmo la idea de que el próximo pontífice podría ser de ese continente. Sin embargo, a pesar de ese deseo popular y del peso numérico creciente de los fieles en el continente, las chances reales de que un cardenal africano sea elegido papa siguen siendo bajas.
Crecimiento del catolicismo en África: ¿un motivo suficiente?
No hay dudas de que África se convirtió en un motor del catolicismo global. Actualmente, uno de cada cinco católicos vive en ese continente, y la fe sigue expandiéndose en medio de crisis políticas y económicas.
Figuras como el cardenal ghanés Peter Turkson o el congoleño Fridolin Ambongo representan liderazgos sólidos, comprometidos con la justicia social, la paz y los valores tradicionales de la Iglesia.
Turkson, por ejemplo, es conocido por su papel conciliador en Ghana y por haber trabajado dentro del Vaticano en temas de justicia y medio ambiente. Ambongo, por su parte, fue una figura central en la defensa de la postura africanafrente a temas polémicos como las bendiciones a parejas del mismo sexo, ganando respaldo entre sectores conservadores.
¿Por qué es poco probable que un africano sea elegido papa?
Aunque existen figuras destacadas y el crecimiento del catolicismo en África es innegable, la elección de un papa no responde solo a criterios demográficos.
El Colegio de Cardenales, encargado de elegir al próximo pontífice en el cónclave, sigue estando dominado por miembros europeos e italianos, quienes históricamente tuvieron mayor influencia en la toma de decisiones dentro del Vaticano.
Además, factores como la experiencia administrativa en la Curia Romana, la cercanía con otros cardenales influyentes y la visión doctrinal suelen pesar más que la procedencia geográfica. Aunque Turkson y Ambongo tienen trayectorias reconocidas, no lideran bloques mayoritarios dentro del colegio cardenalicio, lo que complica sus posibilidades reales.
Otro punto clave es que el Vaticano tiende a buscar figuras de consenso que puedan mantener un delicado equilibrio entre las diferentes corrientes internas de la Iglesia. En ese contexto, la elección de un papa africano, aunque posible, implicaría romper con una tradición de siglosy afrontar posibles tensiones dentro del liderazgo eclesiástico global.
El deseo de representación versus la lógica del Vaticano
Para muchos fieles africanos, la elección de un papa del continente sería un reconocimiento merecido al papel creciente de África en la vida de la Iglesia. Sin embargo, desde el punto de vista institucional, prevalecen otros factores más conservadores y políticos.
Como explicó Donatien Nshole, secretario general de la Conferencia Episcopal del Congo, la Iglesia es universal y su liderazgo no se define por cuotas regionales. Lo prioritario, según él, es que el nuevo papa sea un pastor de corazón, sin importar su origen. Una visión compartida por las autoridades eclesiásticas, pero que contrasta con el entusiasmo popular, especialmente en países como Congo y Ghana.

Es por esto, que aunque África es hoy uno de los pilares del catolicismo, la posibilidad de que un africano asuma el papado en 2025 sigue siendo limitada por factores estructurales y políticos dentro del Vaticano. Los nombres de Turkson y Ambongo estarán en las conversaciones, pero es probable que el cónclave se incline nuevamente por un candidato con mayor peso interno en Roma o con una trayectoria más cercana a los círculos de poder eclesiástico.













