La grasa acumulada en la cocina es uno de los problemas más frecuentes del hogar. Campanas extractoras, estufas, hornos y azulejos son los principales escenarios donde se acumula suciedad difícil de remover.

Aunque muchos recurren a productos industriales, bicarbonato, vinagre o incluso soluciones más fuertes, existe un ingrediente natural, económico y efectivo que puede hacer la diferencia: el limón.

¿Cómo preparar un desengrasante casero con limón?

La clave está en la acidez natural del jugo de limón, que actúa como un potente agente astringente, ideal para aflojar la grasa sin esfuerzo. Para preparar esta solución casera, seguí estos pasos:

  1. Exprimí uno o dos limones frescos y colocá el jugo en un recipiente.

  2. Calentá el jugo unos segundos en el microondas (esto potencia su efecto).

  3. Con una esponja o paño húmedo, aplicá el jugo directamente sobre la superficie engrasada.

  4. Dejá actuar entre 5 y 10 minutos, sin frotar.

  5. Finalmente, pasá la esponja suavemente y remové el exceso de grasa.

El resultado es inmediato:la grasa se afloja y se elimina con facilidad, sin necesidad de productos abrasivos.

Fuente: ShutterstockAlexander V Chernyshov

¿Por qué es mejor que los productos industriales?

Este truco con limón no solo es efectivo, sino que ofrece múltiples beneficios frente a los desengrasantes comerciales:

  • No contiene químicos agresivos: ideal para hogares con niños o mascotas.

  • No deja residuos tóxicos: seguro incluso en superficies donde se manipulan alimentos.

  • Es económico y accesible: un limón cuesta menos que cualquier limpiador especializado.

  • Tiene propiedades antibacterianas: combate gérmenes y bacterias al mismo tiempo que limpia.

  • Neutraliza olores: perfecto para eliminar aromas fuertes como el del pescado o el aceite recalentado.

Además, podés usarlo también en otras áreas del hogar: baños, mesadas, heladeras y hasta electrodomésticos.

Potenciá su efecto con bicarbonato

Si necesitás una acción aún más profunda, podés mezclar el jugo de limón con una cucharada de bicarbonato de sodio. Esta combinación crea una reacción efervescente que limpia y desinfecta al mismo tiempo, ideal para suciedad muy adherida o grasa quemada.