

En esta noticia
- ¿Qué son las manchas blancas en las uñas?
- ¿Por qué aparecen estas manchas blancas?
- ¿Qué causas descartan los especialistas?
- ¿Qué tipos de manchas blancas pueden aparecer?
- ¿Qué hábitos cotidianos pueden generarlas?
- ¿Cuándo pueden indicar un problema mayor?
- ¿Cómo prevenir que aparezcan las manchas blancas en las uñas?
Las uñas son una parte visible del cuerpo que suele reflejar diferentes aspectos de la salud general. Más allá de la estética o la manicura, ciertos cambios pueden funcionar como señales de alerta, desde alteraciones en el color hasta variaciones en la textura. Entre ellos, uno de los signos más frecuentes son las manchas blancas, que muchas veces pasan desapercibidas o se atribuyen a causas erróneas.
Estas marcas, conocidas como leuconiquia, pueden surgir por múltiples razones y no siempre están relacionadas con problemas nutricionales, como se cree popularmente.
¿Qué son las manchas blancas en las uñas?
La leuconiquia se presenta como puntos, líneas o áreas blanquecinas sobre la superficie de la uña. Puede afectar tanto manos como pies, manifestarse de forma parcial, total o en pequeños trazos, y suele llamar la atención al retirar el esmalte.
Aunque no es una enfermedad en sí misma, funciona como un signo que puede estar mostrando una alteración subyacente o simplemente un daño leve en la uña.
¿Por qué aparecen estas manchas blancas?
La idea de que surgen por falta de calcio o nutrientes no cuenta con respaldo científico. Los especialistas explican que la mayoría de los casos se debe a microtraumatismos repetidos que afectan la matriz ungueal, incluso sin que la persona lo note.
Al golpear la uña contra la mesa, manipular objetos con fuerza, rascar la zona periungueal o ciertos gestos automáticos pueden producir estas pequeñas lesiones.
En otros casos, pueden relacionarse con patologías dermatológicas como psoriasis, alopecia areata u onicomicosis. Algunos medicamentos, incluidos tratamientos oncológicos, también pueden generar blanqueamiento temporal de la uña.

¿Qué causas descartan los especialistas?
La vinculación entre las manchas blancas y la falta de calcio es uno de los mitos más extendidos. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, el calcio presente en la uña es mínimo y no determina ni su dureza ni su coloración. Tampoco existe evidencia que relacione estas marcas con un déficit de hierro o zinc.
¿Qué tipos de manchas blancas pueden aparecer?
Los dermatólogos distinguen principalmente dos categorías. La primera corresponde a pequeñas nubes o puntos irregulares que aparecen a medida que la uña crece, originadas por traumatismos leves y repetidos.
La segunda es la lúnula, la media luna blanca visible en la base de las uñas, especialmente en los pulgares. Esta última no es una mancha, sino una parte normal de la anatomía ungueal.
¿Qué hábitos cotidianos pueden generarlas?
La repetición de ciertos movimientos puede dañar la uña sin que se note de inmediato. Entre ellos se encuentran golpear la superficie de la mesa con las uñas, chasquearlas al manipular objetos para generar ruido, presionar la cutícula, introducir las manos en bolsillos ajustados o incluso gestos inconscientes durante el día. Con el tiempo, estos microgolpes se manifiestan como pequeñas zonas blancas.
¿Cuándo pueden indicar un problema mayor?
Existen casos en los que las manchas se presentan como líneas blancas horizontales marcadas. Este patrón específico puede estar asociado a intoxicaciones por metales pesados o alteraciones metabólicas severas.
Aunque es poco frecuente, se recomienda atención médica inmediata si aparecen cambios repentinos, dolor, inflamación o alteraciones en varias uñas al mismo tiempo.
¿Cómo prevenir que aparezcan las manchas blancas en las uñas?
El cuidado de la cutícula es clave, ya que protege la matriz donde se forma la uña. No se recomienda arrancarla ni cortarla en exceso.
Mantener las manos hidratadas, usar aceites nutritivos específicos para uñas y limitar el uso de manicuras agresivas favorece una superficie más resistente. También ayuda evitar traumatismos repetidos y usar guantes al realizar tareas de impacto o contacto con químicos.













