

En Argentina, la Ley Nacional de Tránsito no fija un límite máximo de edad para conducir, pero sí establece controles más estrictos para garantizar la seguridad vial.
A partir de los 70 años, el examen psicofísico se convierte en un requisito anual para renovar la licencia. La medida busca reducir riesgos en las rutas y calles del país.
Este control no pretende discriminar por edad, sino asegurar que el conductor mantiene las condiciones físicas y mentales necesarias para manejar.
Para muchos especialistas, es una herramienta clave para prevenir accidentes y cuidar la salud de los adultos mayores.

¿Qué se evalúa en el examen?
El examen psicofísico es completo y analiza diferentes aspectos de la salud del conductor. Incluye chequeo clínico general, pruebas visuales y auditivas.
También se realizan evaluaciones neurológicas y psicológicas para detectar problemas que puedan afectar la conducción. Si el médico lo considera, pedirá estudios adicionales.

Además, se solicita una declaración jurada sobre antecedentes médicos. Llevar la documentación agiliza el trámite y evita demoras.
Aprobar este examen es indispensable para renovar la licencia y seguir manejando sin inconvenientes.
¿Qué cambia después de los 70 años?
La diferencia principal es la frecuencia del examen. Desde los 65 años, la vigencia de la licencia se reduce y se exige control cada tres años.
Pero a partir de los 70, la verificación se vuelve anual, sin excepciones. Esto aplica a todas las categorías de licencias, particulares y profesionales.
La edad no impide manejar, pero sí requiere más controles para prevenir accidentes y cuidar la seguridad vial. A partir de los 70 años, las personas deben realizar el examen psicofísico cada año, para comprobar que están aptos para manejar.
Consejos para aprobar el examen psicofísico
Mantener los controles médicos al día es clave para superar el examen psicofísico. Si usás lentes o audífonos, asegurate de que estén en buen estado.
Dormir bien antes del examen y evitar el estrés también ayuda. La evaluación busca confirmar tu aptitud, no complicarte la vida.
Si no aprobás, podés realizar tratamientos y volver a presentarte. El objetivo es que manejes de forma segura, no quitarte el derecho a conducir.















