

Se acerca el verano y con él una gran variedad de frutas de la estación. Desde el durazno y las cerezas hasta las frutillas y el kiwi, esta temporada ofrece una cantidad de opciones irresistibles para saborear.
Sin embargo, entre todas ellas, las terceras se echan a perder más rápidamente. Por eso, es fundamental aprender algunas técnicas para mantenerlas frescas por más tiempo.
El método casero para conservar las frutillas frescas por más días y evitar que se pudran
Su versatilidad, intenso color rojo y dulce sabor convierten a las frutillas en un ingrediente ideal para una gran variedad de recetas como licuados, ensaladas y postres.

Este alimento es muy sensible al paso del tiempo, el cambio de temperatura y las diversas condiciones de humedad, pero existe un método ideal para conservar su frescura. Algunos puntos clave son:
- No quitarle los tallos: al cortarlos, pueden entrar microorganismos y echarse a perder más rápido.
- No sirve cortar la parte podrida: los hongos pueden extenderse igualmente.
- Lavarlas justo antes de consumir: la humedad es un factor clave en su deterioro.
- Repasar una por una las frutillas: una vez compradas, desechar aquellas que tienen hongos o se encuentran dañadas, y conservar el resto.

Ahora sí, los pasos a seguir para conservar las frutillas frescas por más tiempo son los siguientes:
- Colocar las frutillas en un envase limpio y amplio: esto es importante para poder disponerlas en una sola capa, sin amontonarlas. También pueden apoyarse sobre una servilleta de papel dentro del recipiente para absorber la humedad.
- Dejarlas respirar: nunca se debe cerrar el recipiente herméticamente. Si se las quiere tapar, puede perforarse el plástico, dejar una válvula abierta o usar papel transpirable.
- Guardar en la heladera: la temperatura ideal entre los 2°C y los 15°C, ya que tanto las temperaturas extremadamente bajas como altas pueden dañar la fruta.
Propiedades y beneficios de las frutillas para la salud integral
Además de su sabor, las frutillas se destacan por ser un gran aliado para salud por su alto contenido en antioxidantes, minerales, vitaminas y un bajo porcentaje en azúcares y calorías.

Además, esta fruta es rica en minerales como el magnesio, manganeso, calcio, fósforo, cobre, silicio, potasio y hierro. Doscientos gramos de frutillas aportan un 17% de hierro y un 9% de magnesio.
Las frutillas también son una excelente fuente de vitaminas, entre las que se destacan la vitamina A, B, C, E y K. Con 200 gramos de frutillas se pueden cubrir el 200% de las necesidades diarias de vitamina C, un tercio de la cantidad recomendada de vitamina K y sexta parte de ácido fólico y vitaminas del grupo B.













