

La autopista más usada de Córdoba por miles de vehículos diarios será renovada con una técnica innovadora que incorpora polvo de neumáticos reciclados en el asfalto. Se trata de la vía que une a la capital cordobesa con la ciudad de Carlos Paz.
La técnica sustentable utilizada no solo promete mayor durabilidad y menor impacto ambiental, sino que podría revolucionar la pavimentación vial en Argentina. En un proyecto piloto pionero, el Gobierno de Córdoba avanza en la rehabilitación de su colectora, evaluando un material que transforma residuos en recurso clave para la economía circular.

Detalles del proyecto en Córdoba: innovación en la colectora de la Autopista Córdoba-Carlos Paz
El Gobierno de Córdoba, a través de Caminos de las Sierras, inició una prueba piloto nacional para integrar polvo de neumáticos fuera de uso (NFU) en las mezclas asfálticas de la colectora de la Autopista Córdoba-Carlos Paz.
La obra abarca dos kilómetros lineales entre el acceso a San Nicolás y el distribuidor Variante Costa Azul, en la Red de Accesos a Córdoba (RAC). Dividida en cuatro tramos —dos con asfalto convencional y dos con la variante modificada—, la iniciativa permite comparar el rendimiento de ambos materiales.

El convenio público-privado involucra a PyL Neumáticos (dealer oficial de Pirelli), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de La Plata, el Centro de Investigación, Desarrollo y Transferencia de Materiales y Calidad (CINTEMAC) de la UTN Córdoba, la consultora HINS y la empresa Contrini Hermanos SRL. La contratista BBC Constructora se encarga de la reconstrucción de la base granular y la colocación de la nueva carpeta de rodamiento.
Por su parte, el ministro de Infraestructura, Fabián López, explicó en una nota de prensa de la provincia: “Estamos reemplazando parte de la mezcla asfáltica por polvo proveniente de neumáticos fuera de uso, una práctica que en otros países lleva años de aplicación. Córdoba se posiciona así a la vanguardia de la innovación y el cuidado ambiental”.
La técnica ya se había usado en Buenos Aires
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana aplicó por primera vez esta técnica en una renovación masiva de calles, cubriendo más de 13 mil metros cuadrados —equivalente a 22 cuadras—.
El proyecto utilizó polvo de caucho de 3.000 neumáticos descartados en 25.000 m² de pavimentación, combinado con asfalto tradicional y aditivos como látex. Las intervenciones se realizaron en avenidas como Balbín (Saavedra), Larrazábal (Mataderos) y calles como Fragueiro (Versalles), Moliere (Villa Luro) y Venezuela (Balvanera).
Esta iniciativa, impulsada por el Ente de Mantenimiento Urbano Integral (EMUI), transforma residuos recolectados de calles y basurales en un material homogéneo mediante trituración y mezcla. El éxito en CABA sienta un precedente para expandir el modelo en otras zonas urbanas.
Otras ciudades argentinas adoptaron el método: ejemplos de sustentabilidad vial
Aunque el proyecto de Córdoba es un hito, Buenos Aires no es la única en implementar asfalto con polvo de neumáticos reciclados. En Rosario, Santa Fe, la Municipalidad incorporó esta técnica en la renovación de avenidas clave como Pellegrini, utilizando NFU para pavimentar 5 km de calzadas y reducir el ruido urbano en un 20%.

En Mendoza, el Gobierno provincial probó el material en la Ruta Provincial 82, rehabilitando 10 km con mezclas que incluyen hasta un 5% de caucho reciclado, promoviendo la gestión de las 130.000 toneladas anuales de residuos de neumáticos en Argentina.
Mar del Plata, en Buenos Aires, también se sumó con un piloto en la Avenida Peralta Ramos, donde se pavimentaron 8.000 m², destacando la resistencia al clima costero. Estas experiencias demuestran que el método se adapta a contextos variados, desde urbes densas hasta rutas provinciales, fomentando una red vial más verde a nivel nacional.
Beneficios del asfalto con polvo de neumáticos: durabilidad, ahorro y medio ambiente
El asfalto modificado con polvo de neumáticos ofrece múltiples ventajas que lo convierten en una solución transformadora para las infraestructuras viales.
En primer lugar, mejora la durabilidad y resistencia: el caucho reciclado hace el material más flexible y poroso, reduciendo grietas por tráfico intenso o cambios climáticos, lo que extiende su vida útil hasta en un 30% comparado con el asfalto tradicional. Esto implica menores costos de mantenimiento a largo plazo, ya que se evitan reparaciones frecuentes y se optimizan presupuestos públicos.
Desde el punto de vista ambiental, el método promueve la economía circular al reutilizar neumáticos fuera de uso —un residuo peligroso que genera 130.000 toneladas al año en Argentina—, evitando su acumulación en vertederos y reduciendo emisiones de CO₂ en la producción de asfalto virgen. Además, su superficie porosa disminuye el ruido vehicular en un 20-30%, mejorando la calidad de vida en zonas urbanas y contribuyendo a la seguridad vial al absorber vibraciones.
Otros beneficios incluyen mayor adherencia en superficies húmedas, lo que previene accidentes, y la posibilidad de incorporar aditivos como plásticos reciclados para potenciar la resistencia a la intemperie. En resumen, esta técnica no solo “cambia el asfalto para siempre”, sino que alinea desarrollo vial con objetivos de sustentabilidad global.













