El mercado informal de cigarrillos se redujo del 19,2% del total al 11% entre el año pasado y éste. Según una investigación presentada por Nobleza Piccardo, el porcentaje de atados que proviene del contrabando o que no tributa impuestos bajó como consecuencia de dos factores. Por un lado, el ingreso de las grandes tabacaleras –como Nobleza y luego, Massalin– al mercado de los cigarrillos de precios bajos (con paquetes a $ 1,90) provocó una migración de consumidores de productos de contrabando a los elaborados por las dos empresas líderes. Pero en Nobleza también apuntan a la Secretaría de Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior. Señalan que este organismo incrementó sus esfuerzos para pelear contra los cigarrillos importados ilegalmente de Paraguay.

Las marcas Rodeo y Eight, cuya fabricación se realiza en territorio guaraní, son las más consumidas del mercado ilegal. El principal atractivo de estas marquillas es su precio de $ 1,20 por atado. Viceroy, de Nobleza, y Next, de Massalin, que son los más económicos de cada una de las compañías arrancaron a $ 1,90, pero ahora están en $ 2,20. Con ese importe, son un 83% más caro que los importados ilegalmente de Uruguay. Un paquete de Marlboro, la marca estrella del país, a $ 3,50, casi tres veces más caro que los truchos traídos de Paraguay.

Pérdida de $ 352 millones

Tanto los cigarrillos pirateados como los falsificados (que dicen ser de una marca, pero son fabricados por alguien que no tiene la licencia) impiden que el mercado legal facture $ 517 millones anuales. Como el 68% del precio de un cigarrillo va a impuestos, el Estado también está dejando de percibir $ 352 millones por tributos.

Nobleza estudió el mercado con la modalidad Pack Swap (intercambio de envase), que su casa matriz British American Tobacco aplicó en otros países. Así, también detectó que un 5% del mercado de cigarrillos se vende de maneras poco convencionales: con el estuche y la forma de cartas de naipe, o directamente en un envase de papel blanco sin inscripciones.