

Pfizer, el grupo farmacéutico más grande del mundo, está introduciendo un sistema de pago electrónico para medicamentos que creará un vínculo directo con los pacientes de muchas de las economías con mayor crecimiento en el mundo.
La compañía este mes presenta su programa eCard en Rusia con el objetivo de sumar 500.000 pacientes en el próximo año, y se está preparando para una similar expansión en México, Brasil y Venezuela.
La medida podría impulsar el uso de medicamentos costosos porque brindará descuentos a la mayoría de los pacientes que viven en países emergentes y tienen que pagar sus propios remedios. Sin embargo, esta iniciativa también genera preocupación porque la compañía farmacéutica tendrá acceso directo a información médica personal.
Cada paciente presentará su eCard al farmacéutico para recibir un descuento automático sobre el precio de lista, por lo que Pfizer recibirá información sobre las compras de medicamentos para reembolsar la diferencia a la farmacia. La compañía controlará así a los pacientes con enfermedades crónicas y podrá contactar a aquellos que se hayan olvidado de adquirir los remedios para su tratamiento, lo que le permitirá elevar sus ventas.
Pero las rebajas de precios también crean temor a que influyan en las prescripciones de los médicos, que éstos no tomen decisiones médicas apropiadas por elegir el remedio más económico. También quiebra la tradicional relación distante que mantenían los profesionales con los laboratorios, que tenía como meta limitar el acceso a los datos personales confidenciales y evitar el marketing directo sin la función de intermediación del médico.










