

Los ejecutivos acostumbrados a viajar por negocios no son la clase de persona que hace vida saludable. El tiempo que permanecen inmóviles en los diferentes medios de transporte, combinado con las cenas a cuenta de su empresa y los desayunos de trabajo, sólo acumula kilos de más.
Y tampoco hacen esfuerzos por superar esa falta de ejercicio físico. Si se le pregunta a cualquier gerente de hotel sobre el uso que los hombres de negocios le dan al gimnasio, inmediatamente se quejará del bajo porcentaje de huéspedes que realmente lo utiliza.
Sin embargo, estos viajantes ahora piden alojarse en hoteles con servicios de spa, especialmente en Oriente, a donde en general llegan a las 16 horas. luego de un largo vuelo. Ya no tienen tiempo para trabajar, por lo que quieren relajarse antes de iniciar la jornada laboral siguiente.
En los spa, ellos se inclinan por los masajes, los servicios de manicura y pedicura, y ciertos tratamientos de belleza.










