“Nos posicionamos como un actor importante en generación eléctrica, donde queremos seguir invirtiendo , decía Marcelo Mindlin a principios de año. Una carta de navegación que el Grupo Dolphin cumplió al pie de la letra: en 2006, a través de su nuevo vehículo de inversión, Pampa Holding, desembolsó 140,8 millones de dólares para quedarse con el 10% de Central Puerto, el control de las generadoras Nihuiles y Diamante, Central Térmica Güemes y la de Loma La Lata.

“La actividad en 2006 creció fundamentalmente por la activa participación de compradores estratégicos, tanto nacionales como extranjeros , analiza Patricio Rotman, director de la consultora Finanzas & Gestión.

El área de Energía –principalmente generación– sigue presentando oportunidades. A tal punto que no sólo Dolphin logró consolidar una cartera de empresas más que atractiva, sino que se sumaron otros fondos de inversión que nacieron enfocados en otros sectores.

En tal sentido, Sadesa, la sociedad que lideran Carlos Miguens Bemberg y el ex Merrill Lynch Guillermo Reca, se juntó con ese banco para poner los u$s 616 millones que les demandó quedarse con el control de los activos de generación de la francesa Total: Central Puerto e Hidroeléctrica Piedra del guila.

Por su parte, Desarrollo y Gestión –el fondo de Guillermo Stanley, Carlos Giovanelli y Chrystian Colombo, dueño de Havanna– pelea por quedarse con el 50% de Edersa, la distribuidora eléctrica de Río Negro, y con el 15% de Eden, la del norte bonaerense. Daniel Vila entró al capital de Edemsa (Mendoza) y Ashmore, distress fund británico que se vistió de acreedor duro en las reestructuraciones, puso al ex TGS, Pablo Ferrero, al frente de su oficina porteña para agrupar sus activos locales (participaciones en TGS; MetroGas y Eden). Una cartera que proyecta expandir.

En tanto, el estadounidense Eton Park debutó ofertando u$s 60 millones por el 50% de Citelec, la controlante de Transener, que está en manos de Petrobras. Y Southern Cross también quiere entrar al negocio.

“Los compradores cuentan con importantes sinergias y ahorros entre las empresas compradas y sus negocios actuales y, por lo tanto, pueden reducir el plazo de recupero , agrega Rotman.

IRSA siguió su expansión en bienes raíces. Además de sumar el edificio República, le pagó u$s 4 millones a Dolphin por 11% de Cresud, u$s 20 millones a Roggio por Córdoba Shopping y u$s 18 millones a Goldman Sachs por 18% de Palermo Invest.

En 2006, el mercado también mostró la avanzada argentina más allá del rubro energético. El ejemplo más saliente fue Inversora Cervecera, sociedad entre Eduardo Eurnekian y Ernesto Gutiérrez, que pagó u$s 80 millones por la planta de Brahma en Luján y las marcas Bieckert, Palermo e Imperial.

Los compradores regionales continuaron su marcha. La brasileña Friboi, que en 2005 se quedó con Swift, puso otros u$s 63 millones para sumar tres frigoríficos. Carlos Oliva Funes, su número uno, adquirió Consignaciones Rurales y dos plantas de la ex CEPA en remate.