

El presidente de China, Hu Jintao, hace unos días salió reforzado de uno de los más importantes plenos que el Partido Comunista haya celebrado últimamente.
No sólo consiguió plenos poderes, tras convertirse en jefe supremo del Ejército, sino que mostró su predominio sobre su rival político y predecesor, Jiang Zemin, quien fracasó en su intento de ascender a su protegido, Wen Jiabao.
Pero¿Cómo influirán los mayores poderes de Hu en el manejo de la economía china?
Los funcionarios, académicos y analistas concuerdan en algunos puntos clave: que tanto Hu como el premier del país, Wen Jiabao, tendrán más facilidad en reconocer las discrepancias de los funcionarios leales a Jiang.
Segundo, Hu y Wen tendrán más libertad para centrarse en áreas que vienen preocupándoles desde que asumieron el poder a fines de 2002 y de 2003, respectivamente.
En otras palabras, seguramente intensifiquen sus esfuerzos para tomar medidas enérgicas contra la corrupción, para reducir la brecha entre ricos y pobres y construir una red de seguridad social más sólida.
También se espera que intenten fortalecer los poderes administrativos del Partido Comunista, principal asunto del último pleno. En concreto, esto implicaría tomar medidas contra las autoridades locales rebeldes, tal y como aseguraron fuentes gubernamentales.
Es de suponer que ninguno de estos cambios influirá de manera inmediata o tangible en el crecimiento de la economía, que en el primera semestre de 2004 se situó en un 9,7%.
Sin embargo, ciertos miembros de la Administración opinan que centrarse cada vez más en fortalecer la eficacia del partido significará tratar con dureza a aquellas localidades que han desobedecido las directivas económicas centrales. “El gran fracaso de la presidencia de Hu fue ver cómo los gobiernos locales ignoraban su llamado a enfriar las inversiones [a fines de 2003] haciendo justo lo contrario de lo que él pedía. Hu empezó a sentirse inseguro y decidió establecer controles macroeconómicos como respuesta a la situación que se había generado , explicó un académico de un think-tank del estado. La mayoría de los observadores coinciden en que no parece posible que el Gobierno de Hu y Wen vaya a relajar los controles macroeconómicos que incluyen limitaciones a la venta de tierras, al desarrollo de propiedades, a los préstamos bancarios y a la inversión en los sectores del acero, cemento y aluminio.
Sin embargo, algunos analistas creen que probablemente se produzca un reajuste en los controles para paliar algunas de las consecuencias sufridas recientemente. El principal objetivo de los cambios podría ser reforzar las restricciones en la propiedad, un sector que, según Pekín, es el principal responsable de los cuellos de botella más graves del país.
Para Zhu Baoliang, economista de la Oficina de Información del Estado, un organismo gubernamental, el aumento de los precios del sector inmobiliario están siendo demasiado rápido en muchas de las 35 ciudades más grandes del país.
El auge del desarrollo está fomentando la demanda de acero, aluminio y cemento, y la excesiva inversión en estos sectores. Eso a su vez, puso a prueba la capacidad china de generación energética y transporte, sobrecargando el sistema ferroviario, que puede satisfacer sólo 39% de la demanda de traslado de carga.
Pero, mientras se recrudecen las medidas de control sobre el desarrollo de la propiedad, otros aspectos de estas medidas de tipo macroeconómico podrían relajarse en los próximos meses. Entre las posibles acciones se encuentran el control del suministro de capital de trabajo a las pequeñas y medianas empresas, afirman los expertos.
Los entrepreneurs sostienen que el sufrimiento de decenas de miles de pequeñas y medianas empresas está aumentando.
Aunque es probable que Pekín permita que cierren algunas de estas compañías (sobre todo en los sectores de acero, aluminio y cemento, que recibieron un exceso de capital), no consentirá que el dinámico sector privado se paralice. “Creo que, detrás de escena, se verán restricciones en los préstamos de capital de trabajo a las empresas privadas que lo merezcan‘, añadió un funcionario del gobierno.
Sin embargo, Hu parece estar muy entusiasmado con las medidas de control macroeconómico que él lanzó en abril. Aun así, aunque las inversiones en algunos sectores sufran una disminución, se espera una reactivación en otras partes de la economía.
Jing Ulrich, de Deutsche Bank en China, dijo que el Estado concentrará su gasto en áreas que más lo necesiten, como caminos, vías ferroviarias, aeropuertos, puertos y en los centros de tratamiento de agua. Estas inversiones deberían impulsar al resto de los sectores de la economía, afirmó Ulrich.










