

En términos nominales, la recaudación tributaria del mes de diciembre fue de $11.300 millones, $1.187 millones más que lo recaudado en el mes anterior (+11,7%). Esto significó respecto del mismo mes del año 2004 un aumento del 41.4% ($3.300 millones). De este modo, el año 2005 cierra con un total de recursos tributarios de $119.252 millones, un 21,3% más alto que la recaudación registrada durante el 2004.
Los tributos que más aumentaron su recaudación en relación al 2004 fueron el Impuesto a las Ganancias que alcanzó los $28.045 millones y el Sistema de Seguridad Social, que totalizó una recaudación de $16.327 millones.
Por su parte, el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios también tuvo un crecimiento importante, recaudando unos $9.434 millones, cifra un 23% superior a la del año anterior.
Lo recaudado durante todo el año por IVA (neto de devoluciones y reintegros) suma $ 34.968 millones, un 19% superior a 2004. Los Derechos a la Exportación aportaron $12.322,5 millones.
Este importante aumento en la recaudación obedece a numerosos factores, entre los que pueden mencionarse mejoras en el nivel de actividad, suba de la tasa de inflación, aumento en el nivel de cumplimiento tributario, entre otros.
Un elemento de análisis que permite separar las causas de la variación en la recaudación, es la elasticidad recaudación-PIB de cada tributo, que mide cómo varía porcentualmente la recaudación en términos de la variación del producto de la economía (pudiendo considerarse a éste como una variable proxi de la base imponible). La importancia de este concepto radica en que posibilita aislar el efecto que tiene la inflación y el crecimiento de la actividad en la recaudación, pudiendo identificarse otros aspectos, como por ejemplo una disminución de la evasión. Si para un tributo en particular la elasticidad es igual a uno, esto quiere decir que la recaudación aumenta al mismo ritmo porcentual que lo hace el producto (o la base), implicando que esta mejora en la recaudación fue efecto exclusivamente de variaciones en los precios y/o en las cantidades producidas. Del mismo modo, si la elasticidad es mayor que uno, la recaudación estaría aumentando a un ritmo mayor que el del producto, lo cual quiere decir que hay otros efectos que inciden sobre la recaudación adicionales a la inflación y al nivel de actividad, como podrían ser un aumento en la alícuota legal, o una mejora en el nivel de cumplimiento.
Respecto al IVA, la elasticidad pasó de un valor mayor que uno durante el 2003 y el 2004 (1.9 y 1.6, respectivamente), que se asocia a una importante reducción de la evasión durante esos años, a uno de 0.9 en el 2005. Esto último quiere decir que la recaudación aumentó, pero a un ritmo inferior al que lo hizo su base, lo cual implicaría que para este tributo la mejora en la recaudación fue debida prácticamente al efecto inflación y a la suba en el nivel de actividad, mientras que no se habrían registrado importantes cambios en el cumplimiento tributario.
Con Ganancias, la elasticidad durante el 2005 continúa siendo mayor que uno, si bien se redujo considerablemente respecto a los valores alcanzados durante el 2003 y el 2004 (3.2 y 2.7, respectivamente), que también evidenciaron una importante mejora en el cumplimiento tributario durante ese período.
Con respecto a Seguridad Social la elasticidad fue de 1.4 para el 2005 (1.6 en el 2004). Además del efecto inflación y nivel de actividad, en la recaudación de este tributo también han incidido otros factores, como el mayor grado de formalidad que se ha detectado en el empleo.
El nivel de recaudación alcanzado durante el 2005 implica una presión tributaria nacional del orden del 22.1% del Producto Bruto Interno, el valor más elevado de los últimos 13 años. Descontando los nuevos impuestos, como los Derechos a las Exportaciones y el impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, la presión tributaria se ubicaría en un 18%, también uno de los valores más elevados. De todas maneras, hay que destacar que durante el 2005 la recaudación en términos del PIB tendió a estabilizarse, con un valor apenas por encima del correspondiente al 2004.
De cara al futuro, de acuerdo al Presupuesto Nacional 2006, los recursos se estabilizarían en torno a un 22.4% del PIB en el período 2006-2008. No se prevén mayores modificaciones en materia impositiva, tanto de nivel como de composición.
Sin descuidar en absoluto la solvencia fiscal derivada del superávit fiscal existente, se debería avanzar en la corrección de las distorsiones que más estén agobiando a los agentes económicos. Esa resignación de recursos tendría impacto no sólo en la asignación de recursos sino también sobre la equidad con que se distribuye la carga tributaria. No hay que ignorar que el superávit fiscal es la resultante de combinar políticas tanto tributarias como de gasto público.










