

La disminución de los superávit primarios que se observa en las provincias argentinas despierta el interés de evaluar tanto la evolución de sus ingresos como de sus erogaciones. Si bien el gasto es la variable más sensible, por su alto grado de discrecionalidad, la evolución de la presión tributaria y sus cambios de composición son de gran relevancia.
En primer lugar se hace mención a los cambios producidos en los ingresos tributarios propios consolidados desde el año 1998 hasta el 2005. Para interpretar los valores conviene tener presente que en ese período la producción creció en términos nominales un 78% y la inflación un 68%, según el índice de precios implícitos.
Se aprecia que los ingresos propios crecieron un 86,3%. Este aumento está en línea con el crecimiento de la economía, pasando la presión tributaria provincial de representar un 3,9% del PIB a un 4,1%.
Pero al descomponer la recaudación, se observa un comportamiento muy desigual. Sobresale el hecho que la recaudación de Ingresos Brutos creció un 118,2%. Este crecimiento es destacable no solo porque supera al crecimiento nominal de la producción sino también al incremento que tuvo el IVA Neto (que creció un 72% en igual período).
Después le siguen el impuestos a los Sellos (72,7%) y Otros Impuestos (61,6%). Muy pobre fue el desempeño del Impuestos Inmobiliario (34,3%) y del de Automotores (18,3%). Esto último se debe en gran medida a la decisión de no actualizar bases tributarias.
La consecuencia de una evolución tan diferente en los impuestos provoca cambios importantes en su participación en el total de recursos. Ingresos Brutos pasó de representar un 56,2% en el año 1998 a un 65,8% en el 2005. En términos de participación con respecto al PIB paso de un 2,2% a un 2,7%.
Todos los demás rubros perdieron participación. El Impuesto Inmobiliario pasó de 16,1% a un 11,6%. Sellos de 8,5% a 7,9%, Automotores de 8,4% a 5,3%, y Otros Impuestos de 10,8 a 9,4%.
Como punto de interés se resalta la gran dependencia que tiene en este momento el financiamiento provincial de un impuesto indirecto como es el caso de Ingresos Brutos. En la parte expansiva del ciclo económico los ingresos abundan pero cuando se revierte el ciclo pueden surgir problemas.
Si la estructura de financiamiento provincial debe apoyarse básicamente en impuestos indirectos o disponer de una composición diversificada que brinde mayor estabilidad a los ingresos es un tema abierto a la discusión. Pero si se elige la primera opción es evidente que las provincias deben tomar con mayor seriedad y establecer de manera muy clara el funcionamiento tanto del gasto público como de los denominados fondos anticíclicos.
Hasta aquí se analizó el consolidado provincial. Si se repite el análisis previo por provincia, se aprecia que el comportamiento es muy dispar. En esta columna no se pretende evaluar las causas de tales variaciones. Estas dependen de la evolución particular de la estructura productiva de cada jurisdicción, de cambios en la legislación tributaria, de modificaciones en el nivel de cumplimiento tributario, entre otros factores.
Las provincias que han tenido un mayor incremento en los recursos propios son Chubut (305%), Tierra del Fuego (250%), Santa Cruz (249%), Neuquén (180%), Tucumán (175%), La Rioja (174%), San Luis (174%). Otro hecho remarcable es que los distritos grandes (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA) están entre los que menos crecimiento tuvieron en la recaudación (inferiores al 85%).
Se mencionó previamente que a nivel consolidado las provincias son ahora más dependientes de los recursos que brinde el Impuestos a los Ingresos Brutos (65,8%). Esta dependencia es también muy disímil entre las provincias argentinas. Existen ocho provincias con una participación superior al 79% (Santa Cruz, Chaco, Neuquén, Chubut, Misiones, Salta, La Rioja y Formosa). El aumento promedio en participación con respecto al año 1998 es de 6,4 puntos porcentuales. Entre los distritos grandes, Ingresos Brutos representa en CABA un 72,3 (+4,9% con respecto a 1998), en Córdoba un 71,3% (+16,5%), en Santa Fe un 65,6% (+12,5%) y en Buenos Aires un 59,5% (+11,3%). Entre las provincias de menor dependencia se encuentran La Pampa (45,8%), Entre Ríos (50,4%), Corrientes (56,3%) y San Luis (56,8%). De lo anterior se desprende que si bien hay diferencias entre las provincias, la alta participación de Ingresos Brutos y su incremento con respecto al año 1998 es un hecho generalizado.
Para finalizar, es preciso remarcar que el análisis realizado es de recaudación efectiva. En ningún momento se hace mención a cambios de legislación tributaria en una u otra jurisdicción. En otro orden, será vital seguir de cerca cómo se van instrumentando mecanismos que permitan atenuar la característica procíclica de las finanzas públicas provinciales, que por lo visto se habría acentuado en los últimos años.










