

Los más altos directivos bancarios de Europa están debatiendo la propuesta de crear un Fondo de Recuperación Europeo financiado por el sector privado, a fin de rescatar bancos en dificultades en caso de que se produjera otra crisis financiera.
Alessandro Profumo, CEO del italiano UniCredit, considera que un fondo de este tipo podría acumular capital por hasta 20.000 millones de euros (u$s 25.000 millones) en el término de unos pocos años. Este fondo podría brindarle a un banco que esté al borde de la quiebra la posibilidad de resucitar en los mercados comerciales sin recurrir a la ayuda de los gobiernos.
“El fondo proveería garantías específicas para que un banco en problemas cuente con el respaldo necesario para emitir títulos de deuda asegurados , escribió Profumo en una columna publicada este fin de semana en el Financial Times.
Este proyecto competirá con otras ideas propuestas para lidiar con una futura crisis financiera, entre ellas la que busca que los gobiernos apliquen impuestos a los bancos y la que prevé la conversión forzada de deuda no asegurada en acciones.
Profumo, un directivo bancario veterano cuya voz es una de las más prominentes del sector en Europa, insiste en que su propuesta es superior. “Que las autoridades tengan la opción de usar el fondo para estabilizar un banco, o unos pocos bancos, grandes en problemas le aseguraría al mercado que la crisis puede ser contenida en sus primeras fases, lo que evitaría un evento sistémico , sostuvo Profumo, quien ya le ha presentado la idea a otras entidades líderes de la eurozona, incluyendo el Deutsche Bank y el Santander.
Un fondo de este tipo va en contra de lo que parecen favorecer los gobiernos de países como el Estados Unidos, Francia y Alemania, que es imponer a las entidades el pago de un impuesto que iría a un fondo de rescate o directamente reforzaría los cofres nacionales.
Los que proponen la idea de UniCredit aseguran que es una solución más realista, considerando que las cantidades que podrían recaudarse con los impuestos serían insuficientes para rescatar una entidad, salvo que sea relativamente pequeña. Además, también tiene el mérito de ser una solución con aportes del sector privado, y no un programa que recurriría a los contribuyentes, como ocurrió en todo el mundo en la reciente crisis financiera.









