América latina, una región propensa a los auges y derrumbes, a la fuga de capitales, a la inestabilidad política, a la corrupción y a las ineficiencias regulatorias, nunca fue para cobardes.

Cuando Argentina cayó en cesación de pago con una su deuda soberana de u$s 100.000 millones a principios de 2002, los inversores estaban listos para pasar a pérdida la región. Poco tiempo después, la prima de riesgo de Brasil subió a niveles habitualmente vinculados con el default, durante las elecciones del socialista, Luiz Inácio Lula da Silva.

Ahora América latina está otra vez de moda. Y los observadores se arriesgan a decir que las reformas estructurales más profundas podrían, en el largo plazo, achatar los tradicionales picos y derrumbes. “Ha habido evidentes esfuerzos por alejarse del viejo patrón de auges y derrumbes , afirmó Seamus Lyons, analista de fondos de Forsyth Partners.

Las tasas de crecimiento latinoamericanas el año pasado promediaron el 5%, y el aumento de 22,5% en el valor de sus exportaciones ayudó a la región a registrar su segundo superávit anual de cuenta corriente consecutivo. Las divisas se fortalecieron frente al debilitado dólar, al punto que los gobiernos de México, Colombia y Brasil están considerando la emisión de bonos internacionales en moneda local.

La relativa estabilidad política y macroeconómica, gracias en gran parte a los sólidos precios de los commodities y a la fuerte demanda proveniente de China, está alimentando la confianza de los consumidores y mejorando los resultados de las empresas. Las primas de riesgo sobre la deuda soberana nunca estuvieron tan bajas. Los inversores hambrientos de rendimiento están acumulando deuda soberana, especialmente de Brasil.

Como reflejo de esto, el índice de acciones latinoamericanas MSCI, de Morgan Stanley, subió cerca de 135% desde principios de 2003, comparado con el alza de 95% del índice de Mercados Emergentes.

Venezuela y Argentina se recuperaron y la bolsa de valores colombiana el año pasado subió 133% en dólares, uno de los mejores desempeños del mundo.

Si bien la recuperación de los mercados mexicano y brasileño podrían perder fuerza este año, los administradores de inversiones y los analistas siguen siendo optimistas. David Dowsett, gerente de cartera de Blue Bay, recalcó las saludables cuentas externas, la fuerte demanda interna y la mayor inversión en la mayoría de las economías de la región. “Esto se ve respaldado por sanas tendencias políticas –con variaciones según el país– y una gestión fiscal sensata , comentó.

También hay precaución, en medio de señales de un ajuste monetario en Estados Unidos. La última liquidación importante de activos latinoamericanos tuvo lugar a mediados de 2004, cuando los comentarios del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, sugerían un alza de las tasas de interés. También está el fantasma de que caerá la demanda china y bajarán los precios de los commodities.

Además, la menor suerte de Vicente Fox, el presidente de México, y de Lula da Silva pusieron en alerta a los administradores de fondos de inversión. “Brasil para los próximos seis a siete años es magnífico, pero en los últimos dos años el mercado se triplicó en valor, en términos de dólar, y es vulnerable a un período de toma de ganancias .